INDIANAPOLIS, Indiana, EE.UU. El empresario Donald Trump, que se viera tachado de candidato menor, prácticamente aseguró la candidatura republicana para las elecciones presidenciales de Estados Unidos en otoño, en un probable duelo con la favorita demócrata, Hillary Clinton.
Se trata de un triunfo político rotundo para un candidato en su primera campaña, y cuyo atractivo para los frustrados votantes se vio minusvalorado en un principio. La victoria de Trump en Indiana el martes y la rápida decisión de Ted Cruz de cancelar su campaña resolvieron la candidatura republicana para 2016, pero sigue dejando al partido envuelto en la incertidumbre. Algunos líderes republicanos siguen recelando ante el expresivo magnate y han insistido en que nunca lo apoyarán, ni siquiera en un enfrentamiento contra Clinton.
El senador de Nebraska Ben Sasse, que ha insistido en que no podría apoyar a Trump, escribió el martes en Twitter que le estaban preguntando si los resultados de Indiana habían cambiado su opinión. “La respuesta es sencilla: No”, tuiteó Sasse. Los republicanos como Sasse recelan de las opiniones de Trump sobre inmigración y política exterior, así como su tendencia a la exageración. Horas antes de ganar en Indiana, Trump hacía la poco fundada afirmación de que el padre de Cruz aparecía en una fotografía de 1963 con el asesino de John F. Kennedy, Lee Harvey Oswald, citando un artículo publicado por el National Enquirer.
Trump sigue necesitando unos 200 delegados para asegurar la candidatura, pero la decisión de Cruz de suspender su campaña retiró el último gran obstáculo de su camino. “Ted Cruz — no sé si le caigo bien o no — pero es un gran competidor”, dijo Trump de su último gran rival, a quien se refería a menudo como Ted “el mentiroso”. En un discurso más discreto de lo acostumbrado, Trump prometió un triunfo en noviembre al asegurar nuevamente que pondría a “Estados Unidos primero”.