Atenas, Grecia.- El primer ministro griego, Alexis Tsipras, logró hoy el apoyo mayoritario de los líderes de la oposición para pedir una mayor implicación de los socios comunitarios en la gestión de la crisis de refugiados, pero fracasó en su intento de consensuar la reforma de las pensiones.
Tras una reunión de más de seis horas, los presidentes de los partidos del Gobierno -la izquierdista Syriza y los nacionalistas Griegos Independientes- y de la oposición, con excepción de comunistas y neonazis, emitieron un comunicado conjunto en el que el único punto de amplio consenso fue el de los refugiados.
En el documento emitido por la Presidencia de la República, los líderes instan a la Unión Europea (UE) a tomar un papel de liderazgo para poner fin a la guerra en Siria y a asumir sus compromisos financieros y logísticos para que Grecia pueda dar un trato humanitario a los refugiados.
Asimismo, piden una mayor ayuda de Frontex para proteger las fronteras externas europeas. En la víspera de la cumbre entre la UE y Turquía, los partidos griegos invitan a los países comunitarios a que promuevan la cooperación con Ankara en la gestión de esta crisis.
Tsipras había pedido al presidente de Grecia, Prokopis Pavlópulos, convocar la reunión con el objetivo de abrir un “diálogo nacional” sobre tres cuestiones- la reforma de las pensiones, la de la Constitución y la crisis de refugiados.
Los tres principales partidos de la oposición -conservadores, socialdemócratas y centristas- habían rechazado de antemano un acuerdo en las pensiones. Yannis Plakiotakis, líder interino de la principal formación de la oposición, la conservadora Nueva Democracia, afirmó a la salida de la reunión que su partido tan solo acudió “para escuchar”, pero “no para participar en trucos publicitarios” del Gobierno.
Plakiotakis recalcó que el lugar idóneo para debatir todos los temas abordados hoy es el Parlamento y afirmó que la convocatoria de Tsipras demuestra que busca “un chaleco salvavidas».
Con ello aludió indirectamente al hecho de que el Gobierno de coalición del izquierdista Syriza y los nacionalistas Griegos Independientes se han quedado con tan solo dos escaños por encima de la mayoría absoluta, tras perder a dos diputados en una reciente votación sobre un paquete de las reformas acordadas con los acreedores.
La reforma de las pensiones, que debería aprobarse en las próximas semanas y contempla nuevos recortes y subidas de las cotizaciones, se plantea como un obstáculo aún más difícil de superar, ante la resistencia interna que despierta.
Según filtraciones del Gobierno a los medios locales, Tsipras aspiraba hoy a lograr una posición común para exigir a los acreedores una reforma de las pensiones que prescindiera de nuevos recortes en las prestaciones.
Esta reforma no forma parte de la segunda lista de medidas acordada con las instituciones -Comisión Europea, Banco Central Europeo, Mecanismo Europeo de Estabilidad y Fondo Monetario Internacional- para obtener el próximo subtramo de 1.000 millones de euros del rescate.
Sin embargo, es un requisito para que los acreedores puedan hacer la primera evaluación de las reformas, sin la que no se abrirá un debate sobre el posible alivio de la deuda griega, uno de los caballos de batalla de Tsipras.