Tsunami financiero en tiempos de globalización

Tsunami financiero en tiempos de globalización

Las crisis financieras de los últimos años, desde el estallido de la burbuja hipotecaria en Japón, la crisis asiática, hasta el desinflado de la burbuja de Internet a comienzos de este siglo, fueron  terremotos locales con más o menos réplicas en la economía global; sin embargo la presente crisis representa el primer tsunami financiero en la época de la globalización, cuyos costos y transmisión a la economía no financiera son impredecibles, así como el impacto en materia de ingreso, empleos y riquezas.

El exceso de liquidez y el dinero barato a partir del año 2000, estimularon a los bancos en EU a realizar préstamos hipotecarios a clientes con baja solvencia, por supuesto con mayores tasas de interés y beneficios para estas entidades y, con la finalidad de mantener “sanos” sus balances, los bancos procedieron a  crear paquetes de hipotecas mediante la titularización, los cuales podían vender a otras entidades financieras y bancos extranjeros contando con las excelentes puntuaciones crediticias que les otorgaban  empresas clasificadoras.

El aumento de los tipos de interés a partir del 2005, el descenso en los precios de las viviendas y el incremento de la morosidad, comenzaron a contaminar al sector financiero que había incursionado en el negocio de las hipotecas suprime y desde julio del 2007 a la fecha han colapsado más de un centenar de bancos, destacándose el caso del quinto banco de inversión, Bear Stearn, adquirido por J. P. Morgan en marzo y en julio el gobierno federal debió intervenir Indy Bank y los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac.

En septiembre la crisis financiera global entró en una fase más peligrosa con la quiebra de Lehman Brothers, cuarto banco de inversión con 158 años de fundado, Merril Lynch, el tercero en tamaño fue rescatado por The Bank of America y la crisis se extendió a los seguros y  la número uno mundial, AIG, debió ser intervenida.

El tsunami financiero no se limitó a los EU y las olas cruzaron el atlántico, provocando quiebras en bancos del Reino Unido, Alemania, Dinamarca, etc., mientras grandes bancos europeos y asiáticos presentaban pérdidas por la exposición a la crisis subprime.

La caída de Washington Mutual, el salvamento del Wachovia por parte de Citigroup, el  rechazo inicial de la Cámara de Representantes al plan de rescate y la peor caída de la bolsa de valores de NY en toda su historia, representan episodios de una crisis cuyos costos y desenlace son difíciles de predecir, pero irremediablemente obligará a profundas reformas estructurales al capitalismo financiero, a reforzar las regulaciones, a mejorar la supervisión y a supervisar los mercados.

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