Tu segunda piel

Tu segunda piel

El maquillaje saca a relucir lo mejor de nuestra piel, pero hay que tener claro que el rostro no necesita la misma base cuando tenemos 20 años, que a los 40, y no digamos cuando el tiempo sigue marcando las líneas de expresión que se acentúan con la edad.
La firma francesa Guerlain ha presentado un nuevo maquillaje, L’Essentiel, que promete una duración prolongada, luminosidad además de hidratación y una formulación que también protege de la contaminación.
Eliecer Prince, responsable de maquillaje de la firma, es quien asegura que cada edad tiene unas necesidades y necesita un fondo diferente de color.
El especialista explica que para conocer el tono exacto de nuestra piel: “lo mejor es desmaquillar y esperar 15 minutos para que se consuma el efecto de enrojecimiento pasajero que se produce por el roce de la limpieza. Tras este paso, situarse frente a la luz natural es lo idóneo, pues las bombillas pueden dar falsos amarillentos”.
¿La mejor referencia? Disponer de una hoja de papel en blanco a la altura del rostro, “ese es el mejor modo de conocer el tono de la piel”. Con ello comprobaremos si la piel se muestra amarillenta o pálida; si el subtono es cálido; si se ve rosada; si se visualiza una piel de tono frío; si el aspecto es grisáceo o bien se trata de un tono neutro, indica Prince.
El maquillaje a los 20. Este experto recomienda analizar bien el rostro a los 20. “A esa edad, en el centro es donde se concentran más imperfecciones y rojeces. Por ello, es más necesario aplicar la brocha en esa zona que necesita una mayor corrección”, indica.
Precisamente, para esta edad en la que los granitos no han desaparecido del rostro, Sandra Burgos, directora de Formación de Clinique, apuesta por anti-Blemish Solutions “una base de maquillaje ligera, de larga duración, que corrige y controla granitos y previene futuros brotes, proporcionando un acabado natural, neutralizando el enrojecimiento y minimizando el aspecto de los poros”, indica.
El maquillaje a los 30. Eliecer Prince aconseja tener en nuestro armario dos fondos de maquillaje: uno más claro y otro más oscuro. Una doble base “no es una locura”, afirma, “aunque el más claro debe corresponder al tono exacto de la piel”.
El objetivo es que “en invierno, el más intenso sea un aliado ideal del ‘contouring’ y, en verano, será la base unificadora, mientras que el más claro pasara a convertirse en el iluminador y corrector de ojeras más natural”, indica el especialista de Guerlain.
Para lograr ese efecto natural, Lancôme propone un “look” casi sin maquillaje con una fórmula ligera como la que proporciona su base Ultra Nude, de cobertura instantánea.
El maquillaje a los 40. A esta edad, el responsable de maquillaje de Guerlain propone texturas ultraligeras para “huir del efecto máscara, que suma años”.

De ahí, que aconseje maquillajes satinados, aplicados con una brocha desde el centro del rostro hacia afuera, “con movimientos delicados que apenas rocen la piel”.

El maquillaje a los 50. En esta etapa de la vida el maquillaje, además de cubrir, debe hidratar, según explica el experto que precisa que se deben aplicar “bases enriquecedoras con activos antiedad y cobertura modulable”.

Una década en la que recomienda aplicar la hidratante y, para conseguir un efecto satinado másico, mezclar el maquillaje con dos gotas de aceite facial, con lo que se conseguirá “un aspecto jugoso y fresco”.

El maquillaje de los 60. “Lo ideal es utilizar una base por debajo del color de la tez para “aportar luminosidad, la mejor manera de dulcificar los rasgos y conseguir una apariencia fresca”, afirma.

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