Tumbas son hermoseadas por Día de Padres

Tumbas son hermoseadas por Día de Padres

La conmemoración del Día de los Padres este domingo 31 de julio convoca desde ayer a cientos de dominicanos que visitan los cementerios en el tradicional ritual de honrar la paternidad, limpiando las tumbos y nichos donde descansan sus padres, hermanos, hijos, tíos, primos y otros hombres con quienes compartieron etapas importantes de la vida.
La tradición, que se mantiene de generación en generación, implica contratar los servicios de un personal que se ofrece en el cementerio para asear el panteón o pintarlo, reparar las verjas de la puerta, tapar las filtraciones del techo, y luego, comprar flores para colocarlas frente a la fotografía del difunto, acompañadas de un velón que se deja encendido.
Nunca falta la conversación a manera de monólogo con el finado, las oraciones y el llanto por la partida sin retorno.
Pero no todo es remembranza con las personas muertas en cementerios como el Nacional, de la avenida Máximo Gómez, donde el grito de desesperación de quienes lo frecuentan es para reclamar mayor atención en la seguridad, la higiene, la iluminación y la protección de los monumentos donde descansan los fallecidos.
Con las lágrimas que les saltaban por debajo de unos oscuros lentes, una joven compraba en el Cementerio Nacional de la Máximo Gómez 600 pesos de flores que les fueron entregadas en una lata de pintura, y un velón de 100 pesos, destinados para su padre, que falleció hace cinco meses. En medio de la íntima pena, ella y su tía, sin decir su nombre, se quejaron de los malhechores que les robaron los candados de la bóveda, los marcos de las fotos y hasta los velones.
El cementerio fue abierto alrededor de las 7:00 de la mañana de ayer, para dar paso a los trabajadores del sindicato de albañiles, pintores y limpieza, quienes con equipo en mano asedian a las personas para que los contraten a precios denominados de oferta, por el Día de los Padres.
Un grupo de mozalbetes también cercan a los que entran con galones de agua y escoba en mano, por ganarse el día limpiando sus espacios. En la entrada cementerio, en la parte sur, Dhinora quitaba los pétalos viejos a las rosas que venden en el puesto que lleva hace varios años, desinteresada de la molestia de Iris Sabino por la inseguridad en el camposanto. Bolívar Jiménez acudió a depositar flores a su padre y a un tío, pero decepcionado porque no vio agentes municipales, y por la basura; manifestó que su familia procurará otro cementerio para los posteriores enterramientos.
Ilusión. Julio Rincón expresó la esperanza de que el electo alcalde del Distrito Nacional, David Collado, rescate el Cementerio Nacional de la Máximo Gómez, elevando los niveles de seguridad e higiene. “Esto es caótico. Gastamos más dinero en mantenimiento y limpieza que lo que podrían pagar cementerio con brigadas de limpieza”. Asumen desyerbar la zona y llevan el agua para limpiar. Critico que el sindicato de trabajadores les prohiba a los dueños de edificaciones contratar obreros fuera del camposanto. El Ayuntamiento hizo una poda reciente de arbustos, pero persiste la grama entre las tumbas; la gente exige detener la destrucción de panteones para pillaje de los objetos.

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