Túnez cierra con las presidenciales una convulsa pero exitosa transición

Túnez cierra con las presidenciales una convulsa pero exitosa transición

Túnez. Las elecciones presidenciales tunecinas del próximo domingo cierran el ciclo de la transición en un país que se precia de haber iniciado la primavera árabe y haberla llevado a buen puerto, con la entrada de un partido islamista y su derrota por medios estrictamente democráticos.

La campaña presidencial, en la que compiten 25 candidatos de partidos políticos de derecha, de centro o de izquierda, así como personalidades independientes, es la primera que se realiza de forma libre y democrática desde la caída del régimen del expresidente Zin el Abidín Ben Alí el 14 de enero de 2011.

En caso de que ninguno de los candidatos alcance la mayoría absoluta en la primera vuelta del día 23, habrá una segunda vuelta entre los dos candidatos mas votados el próximo 28 de diciembre.

El candidato favorito a renovar la presidencia, Beyi Caid Essebsi, de 88 años, es un experimentado político que conoce los mecanismos de los ministerios de Interior, Defensa y Asuntos Exteriores, pues los dirigió en un momento u otro en la época de Burguiba (1957-87) o en la de Ben Alí (1987-2011).

Además, Essebsi, que dirigió la primera fase de la transición y organizó las elecciones de 2011 ganadas por el partido islamista Al Nahda, fundó la formación política de “Nidá-Tunis” (Llamada por Túnez) en 2012 con el objetivo de crear una alternativa laica al islam político en el país.

La coalición gubernamental entre Al Nahda y los dos partidos laicos de CPR y Takatol no evitó que el país cayera en una crisis política y de seguridad caracterizada por el auge de islam radical, los atentados terroristas, y los asesinatos de políticos y militares.

A ello se sumó la mala gestión económica del gobierno del tripartito, que no pudo frenar la crisis económica heredada del régimen de Ben Alí que ha alcanzado cotas históricas con el alza de los precios al consumo y el descenso de las inversiones en la industria aumentando el nivel de paro y provocando el descontento de las clases medias y desfavorecidas.

Resultado- el joven partido laico, con poco más de dos años de vida, obtuvo una contundente victoria en las legislativas (86 de 217 escaños) y su líder se perfila ya como futuro presidente. En las presidenciales no está representado Al Nahda, que quedó segundo en las legislativas del mes pasado (69 escaños), al no haber presentado candidato ni haber logrado consensuar un candidato común con otras las fuerzas políticas.

De manera oficial Al Nahda anunció que dejaba al libre albedrío de sus militantes la elección del candidato que votarán “siguiendo lo que dicte sus conciencias».

De manera extraoficial, las bases islamistas apoyan al presidente interino de Túnez, el que llaman “Doctor Moncef Marzuki”, de 69 años, candidato independiente a su propia reelección, a cuyos actos públicos los islamistas acuden de manera masiva junto a imanes rigoristas o a miembros de los grupos violentos de las Ligas de Protección de la Revolución (LPR).

El líder radical del Hizbu Atahrir (Partido de la Liberación), Ridá Belhach, anunció su apoyo a Marzuki en una conferencia de prensa. Histórico militante de los Derechos Humanos y fiero opositor a la dictadura de Ben Alí, Marzuki, autor de más de veinte obras de diferente temática, representa para sus simpatizantes una posibilidad de que Essebsi no controle las tres instituciones fundamentales del Parlamento, el Gobierno y la Presidencia, idea principal de su campaña electoral.

Aunque la polarización entre los candidatos Essebsi y Marzuki ocupa los principales programas de debates en los canales de las televisiones privadas tunecinas, las campañas de otros candidatos también han tenido buena acogida de público.

Entre ellos cabe citar al multimillonario Eslim Riahi, el izquierdista histórico Hama Hamami y el exdirector del Banco Central de Túnez Mustafa Kamel Nabli.

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