En los últimos meses se ha venido hablando de hacer un plan para atraer ciudadanos de otros países para que vengan a tratarse enfermedades a la República Dominicana.
Recientemente en Santiago hubo una actividad importante para tratar sobre el tema. Desde nuestra óptica nos interesa hacer algunas consideraciones y vamos a adelantarle que esto nos parece algo viable, pero debemos de trabajarlo como parte enrollada dentro del plan de nación.
Queremos hacer constar que desde hace muchos años existe un turismo de salud hacia nuestro país, proveniente de los dominicanos residentes en el exterior, principalmente los que viven en Estados Unidos. En la cirugía estética, aunque ha habido algunos problemas, nos parece que no estamos mal, porque tengo constancia de que aquí vienen a operarse de ese tipo de cirugía personas de distintas partes del mundo: de Estados Unidos, de las islas vecinas y también de Europa. En mi experiencia propia, conocí a una finlandesa que se hizo una liposucción y una cirugía de mamas y se fue tan satisfecha, que ella se ha encargado de enviarle a ese colega amigas suecas y finlandesas a operarse en nuestro país.
Tenemos actualmente servicios de primera en las principales ciudades del país, principalmente en la capital y Santiago, con el agravante de que éstos no son asequibles para la mayoría de los dominicanos, debido a que hoy en día con las nuevas tecnologías los servicios de salud son muy costosos. Tan costosos que en algunos países desarrollados no han podido cubrir todos los servicios de salud al total de su población y muchos que lo han hecho han tenido que ver cómo la salud se come su presupuesto.
Con lo explicado, ya tenemos una idea del costo de disponer de servicios de salud de alto nivel y que si los tenemos, debemos de comprender que se trata de un patrimonio y, por tanto, debemos hacer uso racional de ellos y si podemos conseguir mercados en el exterior para que vengan más ciudadanos de otros países a hacer uso de esos servicios, entonces sería una actividad rentable hasta para el mismo gobierno.
España, dentro de su política económica, tiene diseñados programas para atraer ciudadanos pensionados de otros países desarrollados para que vayan a vivir a su territorio y eso le ha dado tanto resultado, que ellos tienen ciudades de holandeses, de italianos, de ingleses, de alemanes, de suecos, etc. Pero para esto lo primero fue convertirse en una potencia en el área de la salud. Hoy en día son el séptimo país de mejor de salud en el mundo y sus hospitales públicos ocupan el primer lugar. Pero todo eso fue parte de un plan bien implementado.
Nosotros también podemos atraer pensionados de países desarrollados para venir a vivir aquí y así aportarán divisas a nuestra economía, pero los pensionados para irse a vivir a otro país, lo primero que evalúan es cómo es el servicio de salud en esa nación.
¿Pero qué necesitamos para lograr esto? Son varias cosas; veamos:
1.- Hay que resolver el problema del ornato, o lo que es lo mismo, la limpieza de nuestras ciudades.
2.-El problema del tránsito es algo terrible; aquí no se respeta línea divisoria, ni entradas ni salidas, ni señales ni nada. Es bueno anotar que el tránsito es el espejo de una sociedad y cuando éste funciona mal, eso le da mala nota al país. Todavía aquí no se ha evaluado el daño que esta situación nos produce.
3.- Se deben mejorar los servicios en los hospitales públicos, creando místicas de trabajo y de organización.
4.- El nivel de alto índice de delincuencia hay que resolverlo. Es un problema de casi toda América latina y éste marcha de las manos con otros problemas a resolver.
5.- Los problemas políticos con sus secuelas como son la corrupción que nos arropa, el clientelismo, el paternalismo, los bajos salarios de los que combaten la delincuencia, etc.
Conclusión: El país tiene recursos humanos con servicios públicos y privados de primera, aptos para cumplir bien su papel en la implementación de un proyecto de convertirnos en un atractivo en el turismo de salud.
Perdón, se nos olvidaba. Nos parece imprescindible una nueva mentalidad de gobernantes. Con las pasadas y las actuales no hay nada qué hacer, todo se quedaría en utopía.