POR GERMAN MARTE
Aparte de los impuestos que paga directamente al Estado, el Turismo, y en particular el inmobiliario, genera una serie de beneficios adicionales que permean a gran parte de la sociedad dominicana. De manera especial, se benefician los trabajadores de la construcción, ya que cualquier proyecto genera hasta dos mil empleos, mientras se construye, y otros tantos puestos fijos después que empieza a operar.
Pero además de los empleados del sector, se benefician las comunidades de los alrededores de los proyectos turísticos.
Así lo destacaron los principales directivos de la Asociación de Empresas Turísticas Inmobiliaria (ADETI) durante el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio.
Juan Bancalari, presidente, Frank Rainieri, vicepresidente; Ricardo Hazoury, secretario, Luis José Asilis y Nicholas Tawil Fernández, vocales de la entidad, destacaron , además, que el Turismo Inmobiliario contribuye a la venta de alimentos, y al desarrollo de la oferta de diversión.
Bancalari agregó que su sector también aporta a través del pago de los impuestos directos que pagan los pasajes aéreos y la repatriación de capitales, con lo cual aporta divisas al país.
Más que hoteleros
El Turismo Inmobiliario incide más en la economía que el negocio hotelero o el Turismo Estacionario, resaltó Asilis.
Esto se debe -explicó- a que una de sus características es que la persona que compra una propiedad sigue viniendo al país, paga impuestos de propiedad, compra comida, genera empleos, consume, tiene empleados, pinta la casa e incurre necesariamente en otros gastos.
En suma, se trata de un turismo diferente y una inversión a largo plazo.
Además, subrayó, la mayoría de los desarrolladores de proyectos de este tipo son dominicanos con vocación de invertir en el país.
De ahí la importancia de que haya garantías jurídicas, que se desarrolle correctamente y que haya también la forma de financiamiento a largo plazo.
Dijo que el Turismo Inmobiliario produce una gran cantidad de divisas para el país.
Cap Cana
En el caso específico del proyecto Cap Cana, actualmente está enfocado en el desarrollo de infraestructuras.
Y según explicó Ricardo Hazoury, en principio, una forma de sostener este tipo de proyecto es mediante la venta de solares, no productos terminados.
Empero, Cap Cana ya paró la venta de solares y entró en la etapa en que sólo vende productos terminados, que son mucho más rentables.
No obstante, quizás en uno o dos años decidan abrir un campo de golf y vender solares.
Explicó que un solar se vende en un monto y a partir de esa primera inversión, que puede ser desde US$200 mil a un millón de dólares, comienza luego a hacer otras inversiones.
Ya en nuestro proyecto y en otros hay casas de tres y US$4 millones.
Esa -destacó- es divisa fresca que entra al país.
Incluso, los dominicanos de gran poder adquisitivo invierten en el Turismo Inmobiliario, porque ven una oportunidad de negocio, y en lugar de sacar un millón de dólares del país, lo invierten aquí en un inmueble que tiene vocación de ganar plusvalía en moneda fuerte. Algunos hasta traen dinero que tenían fuera.