ANKARA (AFP) – Las autoridades turcas preparan un recibimiento cortés, pero distante, para la llegada del papa Benedicto XVI la próxima semana a Turquía, dos meses después de que sus comentarios sobre el islam levantasen un gran revuelo en el mundo musulmán.

Al contrario de la acogida afectuosa a la que está acostumbrado en los países cristianos, el Sumo Pontífice no verá el martes a una muchedumbre fervorosa en Ankara, primera etapa de una visita que le llevará hasta el 1 de diciembre a Efeso (oeste), donde según la tradición cristiana vivió la Virgen María, y a Estambul (noroeste).

Sólo un puñado de soldados rendirá honores al jefe de Estado del Vaticano, cargo por el cual será recibido durante casi una hora por el presidente turco, Ahmet Necdet Sezer. “Sezer podría pedir cuentas al Papa” por su oposición a la adhesión de Turquía a la Unión Europea cuando era cardenal, comentó Aytunç Altindal, un escritor turco conocido por sus investigaciones sobre el mundo cristiano.

La policía turca estará movilizada para impedir disturbios durante la visita papal, que se anuncia problemática. Un partido favorable a los islamistas organizó para el domingo en Estambul una multitudinaria manifestación de protesta contra este viaje.

Salvo cambios de última hora en el programa, el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, y su ministro de Relaciones Exteriores asistirán a la cumbre de la OTAN los días 28 y 29 de noviembre en Riga, por lo que estarán ausentes para la llegada del Sumo Pontífice.