Turquía toma cebolla de chivo expiatorio contra inflación

Turquía toma  cebolla de chivo expiatorio contra  inflación

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La inflación interanual en Turquía alcanzó el 25% el pasado octubre, una cota que ese país apenas había conocido desde la llegada de Recep Tayyip Erdogan al poder, en la resaca de la crisis turca de 2001.
El Banco Central prevé que la inflación se sitúe a final de año en el 23,5%.
En un año en que Turquía ha vivido elecciones presidenciales, y con la campaña para las municipales precalentando, la cuestión del precio de los alimentos básicos lleva meses en el centro del debate político. «A principios de año yo valía una lira y media. Ahora valgo cinco liras – 84 céntimos.
En medio de la vorágine inflacionaria, fue anunciada una operación policial en un almacén de la ciudad suroriental de Mardin la semana pasada, donde los agentes hallaron 30 toneladas de sacos de cebollas, lo que llevó a las autoridades a anunciar acciones legales contra el propietario de la instalación.
Pero los críticos del Gobierno y parte de los economistas se muestran escépticos con los resultados de la batalla contra la inflación emprendida por Ankara. Especialmente porque Erdogan, quien aboga por ejercer más control sobre la economía, rechaza subir los tipos de interés para confrontar la inflación, como receta la ortodoxia económica.
Los opositores al ejecutivo alertan, a fin de cuentas, que la administración turca está enfocando el problema de la inflación en cuestiones nimias, como las cebollas, obviando otras medidas más efectivas.
«No permitiremos el almacenamiento», advirtió hace pocas semanas el ministro de Tesoro y Finanzas, y a la postre yerno de Erdogan, Berat Albayrak.
«Nadie tiene el derecho de vender productos caros a mis ciudadanos», agregó, y pidió denunciar a los comerciantes que lo hicieran.
Según el jefe de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, el Ministerio del Interior ha emitido una circular instando a los delegados del Gobierno a inspeccionar todo incremento «injusto» de los precios.
El pasado mes, Albayrak anunció una campaña para fomentar que las empresas privadas rebajaran al menos un diez por ciento los precios de sus productos.
«Aunque Turquía se enfrentó a una tremenda operación seria contra su divisa, los tipos de interés y la inflación en agosto, hemos logrado derrotar estos ataques económicos en sólo dos meses», celebró Berat Albayrak.

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