Graduada con un índice de 3.29 de la carrera de Comunicación Social en la Universidad O&M, Rosalina Sánchez tuvo que lavar, planchar, vender carbón y hasta cuidar niños en casas de familia para costearse sus estudios universitarios.
La ventaja de esta academia con relación a otras que imparten la carrera es que las clases son sabatinas, lo que le permitía trabajar en la semana.
Rosalina forma parte del último grupo de profesionales egresados de la casa de altos estudios.
Reside en Pedro Brand, provincia de Santo Domingo, desde donde a diario se traslada al Centro Médico Alcántara y González. Allí labora como secretaria.
Aunque su sueño es convertirse en una gran presentadora de noticias del área audivisual, agradece a Dios por los eslabones alcanzados.
“Soy de una familia muy humilde. Desde los seis años no vivo con mis padres, pero eso no ha sido una limitante. Agradezco al Todopoderoso por darme la oportunidad de graduarme en una carrera que me fascina”, expresó con voz firme. Recuerda que en el bachillerato fue a tomar las Pruebas Nacionales con unos zapatos rotos “y para colmo ese día llovió mucho. Ya te imaginas lo que pasó….”.
Enfoque y esfuerzo. Otros jóvenes profesionales egresados de la institución que contaron sus peripericias a la Esquina Joven de Hoy fueron Anabel Hilario Dominici, de Ingeniería en Sistemas; Paola Vanderhorst, Mercadotecnia; Viryi Baldera, Comunicación Social, y Francisco Alberto Castillo, Contabilidad. Además, Sandy Familia Jiménez, Gissel Álvarez Bautista y Natali Disla Serrano, los tres de Comunicación Social.
Anabel expresó que aunque se graduó de Ingeniería en Sistemas, trabaja en la Colonial de Seguros como asistente administrativa.
“No se me ha presentado la oportunidad de trabajar en mi área, pero estamos en proceso de evaluación”, afirmó con optimismo.
Recordó que en la universidad formó parte del grupo cultural, ya que su otra pasión es la actuación, lo que le ayudó en su formación general y desenvolvimiento. Se graduó Cum Laude con un índice de 3.25. Desde pequeña me destaqué en mis estudios. En todo lo que me involucro trato de esforzarme y dar lo mejor, expresó la joven oriunda del sector de Cristo Rey, en la Capital.
“Pese a crecer en el barrio, mis padres siempre trataron de darme la mejor educación. Siempre me inculcaron valores”, señaló.
De su lado, Paola Vanderhorst inició sus estudios en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), pero se fue a la O&M para concluir la carrera más rápido.
Trabaja desde hace un año y cuatro meses en la Dirección de Comunicación de la Presidencia, en el área de social media. “Me interesa mucho el área de estrategia digital. Aspiro a tener mi propio negocio o empresa de comunicación”, expresó emocionada.
Mientras, Viryi Valdez dice tener amplia experiencia en los medios, ya que ha trabajado en medios digitales y se desempeña de manera independiente en el área de relaciones públicas.
Además, labora en una agencia de vehículos.
Para seguir el fortalecimiento de sus conocimientos, cursa un diplomado en Relaciones Públicas. Aunque en principio estuvo inscrita en la carrera de Medicina en la UASD, en el quinto semestre se inclinó por la comunicación.
Ascenso. Francisco Alberto Castillo, licenciado en Contabilidad, Cum Laude, estudió becado. Es auditor en el Laboratorio Referencia, al que ingresó como mensajero.
Obtuvo la beca mediante la Federación Dominicana de Ajedrez, disciplina que practica y en la que ha ganado competencias. “Quiero solicitar una beca en el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) para hacer una maestría en impuestos”, declaró.
Recordó que graduarse con honores implicó muchas horas de estudio y sacrificio.
Para Sandy Familia ha sido una proeza obtener su título. “Vengo de Los Rinconcitos, un campito ubicado a 14 kilómetros de Comendador, Elías Piña. Soy el mayor de seis hermanos. Mis padres son muy humildes. No tenía familia donde quedarme aquí en la Capital, hasta que un primo creyó en mí y me acogió en su hogar”, narró.
Recuerda que consiguió un trabajo de mensajero, tras negociar que le concedieran el sábado libre.
Posteriormente lo cancelaron y se vio al “tris” de dejar los estudios, pero su padre consiguió un empleo en el campo y le mandaba el dinero para el pago de la universidad.
“Me gradué, gracias a Dios. Todavía no estoy trabajando en el área, pero tengo mucha fe de que todo saldrá bien”, expresó.
En cuanto a Ana Gissel Álvarez, la joven detalló que en principio su madre se oponía a que estudiara Comunicación Social bajo el argumento de que esa carrera no dejaba dinero y que se moriría de hambre.
Sin embargo, obvió esos reproches y se matriculó.
“Quiero ser portadora de luz, de mensajes positivos. No trabajo en el área, pero he participado en múltiples actividades vinculadas a la profesión”, dijo.
La joven es secretaria de una escuela en el Distrito Educativo 15-05.
Iniciativa
Junto a una compañera desarrolló a través de las redes sociales la campaña denominada “Yo salto a lo seguro con Jesucristo” para concientizar sobre los suicidios.
Para nosotras fue un sueño hecho realidad; creamos cuentas de Instagram, Facebook y demás redes sociales para alertar sobre este problema.
“Logramos que se involucrara también la joven que trató de suicidarse en la Gómez…, y le hemos dado seguimiento, ya que ella no quedó muy bien de salud, ni psicológicamente”, indicó.
Explicó que ahora abordan otra faceta y es concientizar a las personas sobre cómo perdonar, cómo ser mejores.
En el conversatorio con egresados de O&M intervino también Natali Disla, oriunda de un campito del Bajo Yuna, en San Francisco de Macorís.
Confiesa que tuvo que pasar muchas vicisitudes para graduarse.
Vive con una prima que le dio albergue a cambio de que le ayudara a cuidar a su hija. “Han pasado muchas cosas, a veces mi padre no tenía dinero para mandarme. Cuatro días antes de terminar el monográfico me cancelaron del trabajo porque no podían darme un permiso para la presentación del documento”, expresó. De tres hermanos es la única profesional.
“Aquí, si no tienes relaciones no consigues trabajo tan fácil. Cada día distribuyo cinco currículos y nada”, exclamó.
Es por ello que junto a otros compañeros decidió crear una página virtual. “Pero todavía no arranca por falta de recursos económicos”.