TV Encendido y más

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POR FRANCIS MESA
LAS VAGINAS Y SUS BONDADES

La primera vez que vi quedé encantado. De esto creo que hace unos tres años, ya y todavía la recordaba como una de las puestas en escena que más me han gustado –y miren que he visto obras…que me disculpen los que no- y lo confirmé cuando fui la semana pasada a verla a la Sala Ravelo.

Ellas tres, Elvira Taveras, Yamilé Shecker e Ivonne Beras, parece que encontraron en esta obra, el montaje de sus vidas. Particularmente soy “débil” con Elvira, me parece una gran actriz, con suficientes tablas como para “dáserlas” de gran estrella y, sin embargo, no le es difícil asumir un rol secundario, siempre y cuando la propuesta sea interesante (como sucedió en la obra Camaleón y las siete puertas, de Waddys Jáquez).

Yamilé tiene una fuerza interpretativa casi única. Es muy expresiva y tiene mucho dominio escénico. También tiene mucha experiencia. Ivonne, que aunque se ha dedicado más a la televisión (y es muy buena en ello, aunque no ha corrido con mucha suerte últimamente con su espacio “Buenas noches Ivonne”, porque no ha recibido el respaldo esperado de los anunciantes), sus intervenciones en el teatro han sido muy bien escogidas y ella le ha sacado muy buen provecho. Entonces, ellas tres juntas, más ese texto tan maravilloso de la escritora Eve Ensler, coloca este trío en uno de mis favoritos.

A pesar de la serie de funciones que han agotado con la puesta en escena de “Los monólogos de la vagina” –que por cierto, creo que le han sacado todo el dinero del mundo, con el puentecito- la sala que las aloja ahora, la Ravelo, siempre está muy bien de público –y no digo que llena “full”, porque cuando fui, no lo estuvo y también me dicen algunos amigos que no se ha habido público como para colmar la totalidad de asientos-, lo que confirma que ha habido buena receptividad.

TEATRO CONTEMPORÁNEO

Lejos de un teatro lite, o demasiado “alternativo” esta pieza es un verdadero deleite de los sentidos, pues es lo más contemporáneo que pueda haber, pero también lo más serio y sarcástico que podamos imaginar. Si me he desvivido demasiado, es porque pienso que se lo merecen, tanto las actrices como la puesta en escena, tienen todo mi respeto.

Si lo que critican quienes hacen un teatro “no convencional” o vanguardista, cuando se refieren a que “sólo saben montar una obra con una escenografía de un mueble, una mesa, un teléfono y dos cuadros en una sala”, aquí se rompe el maleficio. Como único elemento decorativo, se hacen acompañar de dos mesas donde tienen sus copas de agua y las fichas que de vez en cuando leen (porque todo se desarrolla como una especie de conferencia). O sea, que por ese lado, la crítica no sirve. Si lo que buscan es movimiento y expresión corporal, las chicas cantan, bailan, lloran, y hacen todo tipo de muecas. Ah, también el público tiene un grado de participación, lo que le da mayor movimiento a la pieza. En definitiva, yo, personalmente, invito a la gente a que asista a ver el montaje. No me tomarán en cuenta, para recriminarme, muy al contrario. Me darán las gracias. Hasta la próxima.

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