Hoy 
POR FRANCIS MESA
MUJERES EN CUATRO
POSICIONES
Ya sé por qué a los teatristas (los de verdad, los que han estudiado, los que se quemaron las pestañas en las aulas de Bellas Artes, los que ven este arte como parte de su vida, como un oficio, no como un medio lucrativo, como un pasatiempo) no les gustan, ni reconocen como tales, las obras en las que dentro de su elenco predominan las figuras reconocidas de la televisión.
Es que estas personas abarrotan las salas, por el gancho de que el público quiere saber cómo actúan fuera de la pantalla. Ellos alegan que esta gente no hace teatro, sino comercio. Que no tienen criterio de un montaje, sino un afán por colmar salas y ganarse mucho dinero. Eso es lo que dicen. Yo los entiendo. Porque sólo hay que ver, por ejemplo, una obra como Mujeres en 4 posiciones, ésta es una pieza ligera, con ribetes de drama y alto contenido de humor. Llena su cometido. A mí me hizo reír y creo que ése es el principal fin de sus productores y las actrices que en ella intervienen. El auditorio del Domínico Americano estuvo repleto, al menos el pasado domingo, día en que asistí a la función. Luz García está muy bien en su rol de chica de poco cerebro que sólo anda buscando pescar a un millonario que la saque de la pobreza. Yamilé demuestra que tiene tablas de sobra para sobresalir en cualquier montaje. María del Carmen, quizá por su personaje tan gris, no destaca como está acostumbrada en sus demás roles. Carmen Elena Manríquez encontró en esa obra la mejor excusa para demostrar, al menos al público dominicano, que ella sabe cantar y lo hace bien, eso me consta. Bueno, al grano, creo que esta pieza teatral, que más respaldo publicitario no podía tener, no sale del clisé ya muchas veces visto, de los típicos cuadros de situaciones cotidianas que son contadas sin mayores sorpresas, tan lineales que sabemos exactamente cuál será el final cuando apenas hemos visto 15 minutos de la función. Si me contradigo, me perdonan, con esto no quiero decir que la obra sea mala, tampoco digo que es buena, simplemente que, aunque, como dije antes, cumple al menos con entretener y los más sensibles pueden soltar su lagrimita, de ninguna manera es una obra maestra. Pero sí un buen intento. Ah, se me quedaba Germana Quintana, sin ella mis comentarios serían otros. Es una maestra de la dirección. Muy acertadas la buena escenografía de Fidel López, ambientada en un gimnasio y la coreografía de los bailarines, a cargo de Chiqui Haddad. Además, tomando en cuenta que también hacen funciones benéficas, me permito recomendarla.
BAILARINES, STREEPER UN BUEN RECURSO
El recurso no es nuevo. Ya ha sido empleado en otros montajes teatrales, sólo que cuando esto ha sucedido, sí hay una explicación para ello. Sin embargo, en Mujeres en 4 posiciones se ve como un afán de su escritora y principal productora, en demostrar sus dotes de cantante. Si ése era el objetivo, Carmen Elena no necesitaba embarcarse en este proyecto, tan serio por demás. Bastaba con grabar un par de temas, hablar con su amiga Luz y pedirle espacio para debutar en sendos programas de televisión que la rubia García conduce. Muy buena las intervenciones de Carla Hatton y José Manuel Rodríguez. Los bailarines en sus roles también estuvieron bien, ahora, que Junior Abreu, el streeper, no me dijo nada. Para finalizar, la obra se puede ver (claro, después que la acaba ahora la recomienda, así si es bueno), se divertirán y pasarán casi dos horas de pura entretención, con un poco de planteamiento emocional. Hasta la próxima.
