POR FRANCIS MESA
La celebración del Encuentro de Danza Contemporánea, en su versión 2006 llenó las expectativas y no tengo ningún remordimiento al afirmar que las actuaciones más gustadas y aplaudidas fueron las de los intérpretes dominicanos. Eso está muy bien, porque, aunque los extranjeros que nos visitaron hicieron un muy buen trabajo (a ellos les correspondió bailar el primer fin de semana de la actividad), especialmente el dúo tan gracioso y bien sincronizado de que interpretó Hippie Elegí y que, además, el fin no era competir, sino compartir experiencias y estilos, que al fin y al cabo, era el fin primario.

Pero a lo que iba (y ya que estoy en la onda «Francis va de actividad en actividad y las comenta todas»). Más que todo, me gustaron los movimientos y el crecimiento escénico que han experimentado los bailarines dominicanos de esta nueva tendencia. Los contemporáneos que tanto los encontramos en una de teatro (haciendo buen trabajo, valga la aclaración) como en una pieza de baile. Tanto así que muchas veces me sorprendo y no sé en qué categoría ubicarlos, me imagino que a ellos les da igual, que sólo quieren hacer arte.

Edanco, con Edmundo Poy a la cabeza y los coreógrafos como Awilda Polanco, Iván Tejada, Karol Marenco, Orestes Amador y Maricarmen Rodríguez, además de los bailarines invitados y los de la Compañía Nacional de Danza, quienes realizaron rutinas sin desperdicios. Al César lo del César, Edanco está creciendo para bien. Ojalá y el público apoye estas propuestas, las personas que gustan de las danzas clásicas o modernas, que no sólo apoyen las del Teatro Nacional, en otros escenarios también se baila bien.

LA CHARLES Y SÁNCHEZ FAMILIES

Este país es especialísimo. La cosa es que yo formo parte de él y me lo disfruto. Ahora aparecen en la escena musical dos agrupaciones que hacen regguetón y que se identifican como La Charles Family y la Sánchez Family. Esta última ya tiene, inclusive, un tema sonando en la radio (admito que no sé bien el título, si es Yahaira o El Celular). La cosa es que cuentan con el respaldo de Papi Sánchez y en ellos hay un dinerito invertido para que la cosa funcione. A mí, como dicen mis amigos, «me tripea» el tema éste y me lo gocé desde la primera vez que lo escuché. En cambio, La Charles Family son lo más anti-popular que hay. Su lírica es subversiva y underground. Irreverentísima hasta el punto que a mí me sonrojó. Mi primo adolescente, Joe, fue quien me lo presentó, mientras el fin de semana pasado, disfrutaba de la paz del hogar. Él y yo nos gozamos las letras sin censura de esta agrupación. Dignos del más ferviente castigo por parte de la Comisión Dominicana de Espectáculos Públicos. Sólo que era en mi casa y nadie podía prohibirme el gusto de escuchar lo que nos apetecía. En conclusión, a estas dos «familias» les deseo lo mejor. Que hagan buenos trabajos, que sean originales, creativos, que no le hagan mucho caso al «mercado», sino a sus instintos de hacer lo que realmente quieren, que es expresarse en el plano urbano. Hasta la próxima.