TV Encendido y más
EL CASANDRA Y SU SECUELA

TV Encendido y más<BR><STRONG>EL CASANDRA Y SU SECUELA</STRONG>

POR FRANCIS MESA
Hace casi una semana que se celebró la entrega número 22 de los Premios Casandra y todavía se sigue hablando del asunto. A la verdad que este país necesita entretenimiento, distracción y un poco de chispa para despertar de su letargo histórico, porque, parece que el aburrimiento se está comiendo a todos.

Ya los medios de comunicación han destripado a todos. Desde los mejores vestidos, hasta los más estrafalarios, pasando por los que nadie les hizo el menor caso. Desde amenazas de demandas, por difamación e injuria, hasta escándalos de prohibiciones de entrada, vimos la noche del martes.

En lo que a mí respecta, debo decir que el espectáculo me gustó. En su totalidad. Salvo algunos detalles, como fallas de sonido, pobre manejo de las luces en algunos segmentos y uno que otro chiste (del guión debió ser, como, por ejemplo, el que le hizo Jochy Santos a Renata Soñé, sobre la cuaresma, larga y sin carne) todo estuvo muy bien. La producción de Guillermo Cordero me pareció ambiciosa, pero acertada. Estuvo claro que había, por el realizador, un interés de quedar bien a como diera lugar. De cuidar cada detalle, para que el show no se desluciera. Él lo logró. Seamos justos, lo primero. Los elementos de innovación, de actualidad, de show moderno, rompieron una racha de producciones acartonadas y, hasta cierto punto, tachadas a la antigua, que, quiéranlo o no, experimentó novedad, con el montaje preparado por Waddys Jáquez y su equipo, en el que aparecieron detalles que nunca se habían visto y que la gente no supo apreciar, precisamente porque lo convencional nos ha arropado a todos.

Lo mejor de esa noche, a parte del merecido soberano a Rafael Solano, la buena intención del homenaje a Lope Balaguer (que el pésimo manejo de luces «deslució»), en el que estuvo casi todo el mundo –por cierto, si usted señor o señora cantante, no fue invitado para participar en ese número, revísese-, fue la actuación de Claudia Sierra. Esa cantante es un fenómeno, Dios mío, cuánto talento. Ah, cómo olvidar la magistral conducción de Tania. Excelente. Luís Manuel Aguiló, sin sorpresas. Estuvo bien.

LOS CHISMES

No sé si fue provocación o estrategia de mercado, pero a los únicos que les convino que los hayan sacado de la puerta del Teatro, fue a los Dueños del Circo. El miércoles registraron un rating como hace tiempo no lo tenían, porque la gente esperaba qué chispas iban a soltar sobre el asunto.

La Alfombra Dorada fue un desastre. Y no utilizaré ningún eufemismo para ello. Cómo es posible que después de organizar este «figureo» para que nuestras estrellas lucieran sus galas –y no hablo sólo por Venya y su flow, o Evelina y su imitación de Paris Hilton, o de Brenda y sus flores con las que, literalmente suapió la entrada del teatro, luego de caer en un charco- que el público que estaba en su casa, no pudiera apreciar esas galas. Para el próximo año, una mejor organización en este sentido.

Que Acroarte, Cervecería y producción, se encargue de diseñar un mejor desenvolvimiento de conductores y prensa, en ese sentido. Hasta la próxima.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas