Twitter, el nuevo monitor del poder en México

Twitter, el nuevo monitor del poder en México

MÉXICO. AFP. Un tuit cambió la suerte del mexicano David Korenfeld. La foto de este joven alto funcionario, cercano al presidente Enrique Peña Nieto, abordando un helicóptero oficial para viajar con su familia incendió Twitter y el clamor virtual para que renunciara acabó materializándose el jueves.  

¿Seguiría Korenfeld al frente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) si ese tuit no hubiera visto la luz? Es una pregunta que hoy se hacen muchos mexicanos y que demuestra el pujante poder de las redes sociales en el país.

«No estamos acostumbrados a un poder que rinda cuentas y las redes sociales se están convirtiendo en monitores del poder», dijo a la AFP María Elena Meneses, investigadora y experta en cultura digital de la privada Universidad Tecnológica de Monterrey.

Abrumado por el efecto que tuvo su foto de Korenfeld, el informático aficionado a la aeronáutica Ignacio Vizcaíno asegura que «simplemente» hizo «lo debido», pero en Twitter ya lo consideran «un héroe» y «üUnMexicanoPatriota».

No es la primera vez que un escándalo vinculado a un político mexicano genera una fuerte reacción en las redes y lo hace caer.

En abril del año pasado, Twitter hirvió con el alboroto que armó la hija del titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) cuando no le dieron mesa inmediatamente en un restaurante de moda e hizo que inspectores de la dependencia se presentaran para clausurar el establecimiento.

La joven fue bautizada como üLadyProfeco, y su padre fue destituido por Peña Nieto, quien actualmente está bajo la lupa por señalamientos de posibles conflictos de interés en las compras de lujosas casas por parte de su esposa y del ministro de Hacienda a un contratista gubernamental.

Viejas prácticas, nuevas herramientas.

«Cometí un error de 8 minutos», se excusó Korenfeld, quien fue parte del gabinete de Peña Nieto cuando era gobernador del estado de México (centro), refiriéndose a la duración de su viaje en el helicóptero de Conagua.

Pero los excesos y los señalamientos de abuso de poder vinculados al PRI (Partido Revolucionario Institucional), que gobernó más de 70 años México y reconquistó la presidencia con Peña Nieto en 2012, no son del todo extraños en la oposición.

Esta semana, el izquierdista PRD (Partido de la Revolución Democrática) pidió disculpas por haber rentado cinco helicópteros para unos actos de campaña en el estado de Michoacán (oeste) y en el conservador PAN (Partido Acción Nacional) todavía resuena la fiesta con alcohol, música y «escorts» en la que acabó una reunión de sus diputados en agosto.

El joven gobernador del empobrecido estado de Chiapas (sureste) Manuel Velasco, del Partido Verde, también ha desatado indignación en las redes por videos como el que aparece desfilando encima de un trono cargado por indígenas y otro donde se le veía abofetear a un colaborador, por el que tuvo que pedir perdón.

«Los funcionarios públicos están actuando exactamente igual a como lo han hecho por décadas, con una concepción patrimonialista del cargo, siendo una élite muy ostentosa que le gusta marcar distancias y mirar para abajo. Lo que está transformándose es la actitud de la sociedad que tiene un buen músculo para combatir esto por vías informales», señala a la AFP el politólogo Ricardo Raphael, autor del libro sobre las élites mexicanas «Mirreynato».

Y esto se ha dado, entre otras razones, en reacción a «un conjunto de instituciones que promueven la impunidad y la corrupción» y que no sancionan las prácticas excesivas de los funcionarios, estima Raphael.

Papel de los medios.

Con una ley de Transparencia y un nuevo Sistema Anticorrupción encallados en el Congreso, un presionado Peña Nieto relanzó en febrero la secretaría (ministerio) de la Función Pública que, dirigida por un miembro del PRI, investiga si hubo conflicto de interés en las compras de la mansión de la primera dama y la del ministro de Hacienda.

Meneses apunta que la relevancia de las redes sociales se acrecienta también por la falta de espacios críticos en la prensa de México y recuerda el reciente y polémico despido de la influyente periodista Carmen Aristegui, en cuyo espacio radial se desveló la compra de la casa de la primera dama.

La emisora MVS justificó el despido por una pérdida de confianza en la conductora por otro asunto mientras Aristegui, una de las voces más críticas con el gobierno, denunció que la Presidencia estaba detrás de la decisión, lo cual fue negado tajantemente por el ejecutivo.

«En este escenario de escasa pluralidad, las redes sociales se han convertido en ese monitor del poder que en sociedades democráticas deben jugar el conjunto de los medios de comunicación», estima Meneses.

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