U Theatre de Taiwan presentó “El ritmo del mar”

<p>U Theatre de Taiwan presentó “El ritmo del mar”</p>

La compañía ha presentado su espectáculo en diversas partes del mundo
POR JOSELIN RODRÍGUEZ

La compañía U Theatre- Tambor de Taiwan estrenó la noche del lunes en el país su espectáculo “El ritmo del mar”, en el que conjuga la música con el teatro, la danza, la meditación y las artes marciales.

El teatro La Fiesta, del hotel Jaragua, se convirtió en el escenario en el que los catorce miembros del grupo demostraron sus destrezas en la percusión durante una hora y quince minutos. El público quedó encantado con la presentación de esta compañía que también tenía otra función la noche ayer. Fue gratis.

“El ritmo del mar” es un montaje que fue concebido en 1997 para celebrar los diez años de la compañía, fundada por la actriz Liu Ruo-yu. Con su puesta en escena, los miembros del grupo desean expresar la fuerza íntima del ser humano, la tranquilidad y compartir con la audiencia cada uno de los instantes de la vida.  Está compuesto de seis actos muy diferenciados entre si: “Derrumbamiento”, “Espalda de almas”, “Ritmo del mar”, “Golpe a la roca”, “Sonido de las olas” y “Espalda de sabiduría”.

Diez minutos después de las ocho, los músicos entraron uno a uno al escenario y se colocaron frente a sus instrumentos (tambores de diversos tamaños) en actitud de meditación. Transcurridos unos pocos minutos el sonido de percusión llenó el local. Tanto los hombres como las mujeres ejecutan sus instrumentos de manera erguida y a veces acuclilladas con una destreza y fortaleza que envuelve los sentidos.

Para el segundo movimiento el sonido de un tambor gigante dominó el escenario, a este se le fueron uniendo paulatinamente otros. En este acto empezó a ser notorio las influencias de las artes marciales tanto en sus movimientos como en la manera que tienen para tocarlo.

En el tercero, acto que lleva el nombre de la presentación, el sonido de los gongs de diversas formas y tamaños envolvió a la audiencia. A los gongs se les unió el ritmo fuerte y acompasado de los tambores. Algunos de los músicos que no tenían participación en este movimiento se mantenían en el escenario como si estuvieran meditando. En esta parte sobresalen las voces de un hombre y una mujer. Este fue uno de los más extensos.

Para el cuarto, el sonido de los gongs continúo dominando la escena. Gradualmente se le fueron uniendo los tambores. Como parte de la actuación, las mujeres, que tocan unos tambores más pequeños parecidos a la conga, se miran fijamente a los ojos en actitud retadora. Mientras los tamboreros al ritmo hacen una serie de piruetas, que mueven al público a aplaudir.

En el “Sonido de las olas”, dos gongs gigantes, uno plano y otro con una campanita, son los principales protagonistas. A este protagonismo se les une un tambor gigante, sobre un pedestal de madera. Los cuatro ejecutantes, casi desnudos, se llevaron fuertes aplausos.

Uno de los puntos más interesantes fue que el tambor lo tocaron al mismo tiempo dos miembros de la compañía, pero no interpretaban la misma pieza, sino que ambas eran muy distintas.

El gran final se produjo  a las 9:15 de la noche con la “Espalda de sabiduría”, uno de los más movidos y coloridos. Cinco tambores grandes dominaban el escenario. Los músicos, quienes hacían unos gritos, danzaban y hacían movimientos de artes marciales al ritmo de la música.  Por momentos el  ritmo era lento, pero después era más ágil e intenso. Incluso al golpear el suelo con sus varas le da otro toque a la presentación. También le incluyeron el sonido de una caracola, que le daba otro color a la compañía.


Cositas y cosotas

 Antes de iniciar la presentación el embajador de Taiwan destacó los lazos de cooperación y amistad que unen a ambos países.

 A los presentes no se les permitió hacer  ni videos.

 Algunos curiosos “olvidaron” apagar sus celulares y otros lo hicieron ya iniciada la función.

 De vez en cuando se escuchaba el destape de un empaque plástico.

 En el quinto acto, todos los miembros de la compañía hicieron reverencias al público, esto llevó a pensar que la presentación había finalizado. Dos niñas subieron al escenario a entregar dos ramos de flores, pero se quedaron pasmadas allí mismo cuando los músicos no tomaron el obsequio, sino que se retiraron a continuar con el espectáculo. Las flores las recibieron al concluir el sexto acto.

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