U2 repasa su salto de Dublín al estrellato mundial en “U2 por U2”

U2 repasa su salto de Dublín al estrellato mundial en “U2 por U2”

POR NICOLE SENCIÓN /TONY CALDERÓN
Hace treinta años, en Dublín, cuatro estudiantes decidieron formar una banda de música a raíz de un anuncio puesto en un tablón de un colegio. Así, “sin expectativas”, nacía en 1976 U2, uno de los grupos más influyentes del planeta, cuya autobiografía, “U2 por U2”, se presentó en Londres.

Con sus propias palabras, el carismático líder y vocalista Bono, el guitarrista Dave Evans, más conocido como The Edge, Larry Mullen, en la batería, y el bajista Adam Clayton, reviven momentos y anécdotas.

Acompañados de imágenes, los músicos repasan el vertiginoso salto de cuatro adolescentes con poca idea a la hora de tocar un instrumento, desde los clubes dublineses hasta el estrellato mundial.

La transcripción de innumerables horas de entrevistas y testimonios de los componentes del grupo y de su representante, Paul McGuinnes, guiados por el crítico de rock Neil McCormick, se recogen en el libro, que llegará a Latinoamérica el 3 de noviembre.

La historia del cuarteto irlandés más famoso del mundo arranca con el anuncio en la escuela de Mount Temple (Dublín) de un chico que tocaba la batería (Larry Mullen Jr) y que quería formar una banda, un deseo que compartieron Dave Evans (The Edge); Paul Hewson (Bono) y Adam Clayton.

De algo que surgió “para pasar el rato, nada más. Sin grandes ideas. Sin expectativas”, según relata Mullen en la autobiografía, cuatro chicos con personalidades diferentes ponían en marcha el proyecto U2. “De manera que el 25 de septiembre de 1976, un extraño grupo de gente se reunió en mi cocina de Artane (Dublín). Y allí -recuerda Mullen- fue donde empezó todo”.

“U2 por U2” relata la meteórica evolución de la banda desde sus coqueteos con el punk de los 70, la sucesión de sus primeros álbumes como “Boy” (1980), “October” (1981), “War” (1983), su explosión con el rock con “The Joshua Tree” (1987), sus acordes más posmodernos de “Achtung Baby” (1991) o los trabajos más recientes como “All That You Can’t Leave Behind” (2000) o “How To Dismantle An Atomic Bomb” (2004).

Bono, indiscutible alma del cuarteto, un hombre extremadamente comprometido con la lucha por la paz y la justicia, está convencido de que “uno no se convierte en estrella de rock, a menos que tenga una carencia de algo”.

“Eso lo tengo muy claro. Si estás equilibrado o en tu sano juicio podrías sentirte normal, sin tener a 70.000 personas gritando cada noche que te aman”.

Bono admite que se metió en U2 “para salvarse a sí mismo” y dice que hoy hay gente que se le acerca en la calle “como si fuera Mahatma Gandhi”.

Adam Clayton, “el chico que llevaba un abrigo de piel de carnero afgano, lentes y fumaba”, según le recuerda Mullen, o “el hippie tan raro, que lucía un vistoso peinado afro”, tal y como le visualiza The Edge, siempre tuvo clara su vocación.

“Yo siempre quise ser una estrella del rock. Cuando conseguí mi primer bajo, a los quince años, descubrí que estaba hecho para mí. Y no tenía ningún otro grupo al que unirme”, confiesa Clayton.

La misma pasión revela The Edge, que reconoce que, actualmente, le parece “imposible” concebir su vida fuera de la música.

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