Labor encomiable. Con una población de más de 185 mil estudiantes, 2,625 profesores, la oferta curricular de la UASD es amplísima: 113 carreras de grado; 43 programas de especialidad; 62 de Maestrías y 11 de Doctorados.
El 28 de octubre de 1538, Su Santidad el Papa Pablo III elevó a la categoría de Universidad el Estudio General Santo Tomás de Aquino que regenteaban los religiosos dominicos del Real Convento de La Española, bautizándolo con el nombre de Universidad de Santo Domingo (Universitas Sancti Dominici). Por más de cuatro siglos, la universidad dominicana fue la academia de la urbe a la que primero se le concedió el derecho de erigir universidades. A finales de los años 60 del pasado siglo 20, el Movimiento Renovador dio inicio a los aprestos de convertir ese legado en una universidad nacional, que no llegó a cuajar debido a los obstáculos interpuestos a su realización por los gobiernos de Joaquín Balaguer.
Hoy, y justo es reconocerlo, gracias al ambicioso programa de construcciones que lleva a cabo el Gobierno del presidente Leonel Fernández, la más antigua institución de educación superior de América está a punto de convertirse en una Universidad Nacional, en todo un sistema de instituciones públicas de educación. En efecto, la UASD está presente en 16 de las 31 provincias del país.
Dispone de un campus en la capital de la República y de nueve ciudades universitarias en el interior: UASD Higüey, UASD Barahona, UASD San Juan de la Maguana, UASD Bonao, UASD Santiago, UASD San Francisco de Macorís, UASD Nagua, UASD Mao y UASD Puerto Plata.
Además cuenta con delegaciones en San Pedro de Macorís, Hato Mayor, San Cristóbal, Baní, Neyba, La Vega y en la zona oriental del Gran Santo Domingo.
Todas esas ciudades universitarias del interior disponen de modernos edificios recién construidos, de laboratorios y de instrumentos tecnológicos de última generación. ¿Qué le falta? Recursos económicos para su debido mantenimiento; también transformar su gerencia hasta ser posible la descentralización de todas sus funciones. Una vez logrado esto, sus labores docentes, de investigación y de extensión, que en la actualidad son concebidas, orientadas y dirigidas desde la sede central por los distintos departamentos y facultades del campus, estarán a cargo de sus organismos locales de dirección. Y, al igual que su par mexicana, la UASD podrá ser rebautizada con el nombre de Universidad Nacional y Autónoma de Santo Domingo.
El Campus de la UASD de Santo Domingo fue construido a mediados de los años 40 del pasado siglo XX por incoaciones del rector Julio Ortega Frier, a pesar de que los alabarderos y nostálgicos de la tiranía trujillista afirman que no, que todo se debió a las sabias iniciativas del Generalísimo y doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, como decía el clichet de la oscura era.
En la actualidad, la sede central de la UASD experimenta un proceso acelerado de renovación de su planta física, de construcciones de nuevas edificaciones, aulas y laboratorios, y de adquisición de tecnologías de punta. Al efecto ya fue renovada el Alma Mater y el edificio de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales; están en proceso de rehabilitación los viejos edificios de las facultades de Ciencias de la Salud, Ingeniería, Humanidades y Derecho. Fue construida la Biblioteca Central y un modernísimo parqueo vehicular. Está muy avanzado el proceso de construcción de un parque tecnológico; un hospital universitario, una torre administrativa y un comedor en capacidad de atender 6 mil comensales al mismo tiempo.
Todas esas remodelaciones y construcciones se llevan a cabo en la UASD sin interrumpir los servicios que presta la Academia. Esto les ha ocasionado a los usuarios de los mismos muchas molestias y muchos inconvenientes. También ha dado lugar a que algunos medios de comunicación viertan críticas contra la Univesidad Primada, exhibiendo fotos de estudiantes recibiendo docencia debajo de árboles, de butacas rotas y de espacios descuidados.
Estamos conscientes de que esas reprobaciones afectan la credibilidad de nuestra Alma Mater. Pero la verdad no puede ocultarse por mucho tiempo. Las cosas terminan conociéndose, más aún cuando se trata de asuntos tan delicados y de alto interés como el desempeño adecuado de las universidades.
La UASD no maneja bien sus relaciones públicas. La UASD no se defiende. La UASD no responde a las malquerencias de sus detractores gratuitos. Y hasta soporta que, en ocasiones, se le usurpe su nombre de Universidad de Santo Domingo.
También acepta que sus institutos, de muy bien ganado prestigio, sean aludidos sin apellidarlos: Instituto de Biología Marina en vez de Instituto de Biología Marina de la UASD; Comisión de Energía Alternativa, en vez de Comisión de Energía Alternativa de la UASD; Instituto Sismológico en vez de Instituto Sismológico de la UASD; y así por el estilo.
La UASD es la universidad del país de más volúmenes de investigación y la que cuenta con más investigadores contratados y proyectos de investigación en marcha.
En los concursos de adjudicación de proyectos de investigación de alto interés nacional, que por disposición de la ley 139-01, convoca todos los años el Ministerio de Educación Superior, los investigadores de la UASD resultan ganadores en casi todas las áreas. (Véase Informe General sobre Estadísticas de Educación Superior 2006-2009 MESCYT). A pesar de ello, algunos que otros productores de programas proclaman la mentira de que la UASD no dispone de personas en capacidad no solo de enseñar, sino de producir conocimientos.
Con una población de más de 185 mil estudiantes atendidos por 2,625 profesores, la oferta curricular de la UASD es amplísima: 113 carreras de grado; 43 programas de especialidad; 62 de Maestrías y 11 de Doctorados.
A pesar de que el valor de sus activos supera el conjunto de los del sistema, la Universidad Estatal atraviesa por una grave crisis económica. La UASD necesita construir, con carácter de urgencia, 300 nuevas aulas y alrededor de 80 laboratorios para atender la demanda de una población universitaria que crece en la medida en que se agiganta en la conciencia de los dominicanos y dominicanas el derecho de todos y todas a una educación integral. A título de ejemplo vamos a citar cifras del financiamiento público de la UASD en el año 2005. El presupuesto nacional de ese año se elevó a la suma de RD$154,513,016,204. De acuerdo con las leyes 5,778 de Autonomía y 139-01 de Educación Superior, la UASD debió recibir en ese año 7,725,650,810 (5% del presupuesto); pero solo le asignaron 3,373,342,572 de pesos (2% del Presupuesto). El 48% de lo asignado a la UASD en el año 2005 fue manejado por la Oficina de Ingenieros de la Presidencia. Así ha sido desde el año 1962 hasta la fecha.