UASD y centros regionales

UASD y centros regionales

La expansión de la  Universidad Autónoma de Santo Domingo  (UASD) mediante la apertura de centros regionales parecería obedecer a un propósito noble, que acercaría las oportunidades de preparación a muchos jóvenes de limitados recursos residentes en  comunidades del interior. Sin embargo, ejecutar la expansión sin acogerse a estudios previos de factibilidad podría resultar más perjudicial que beneficioso.

Sobre este riesgo ha hecho advertencias la licenciada Ligia Amada Melo, ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Las precariedades que caracterizan a esos centros regionales impide que sean atendidos debidamente factores de calidad docente y de formación curricular que pueden perjudicar a los estudiantes. Sus advertencias llegan hasta el punto de estimar que muchos estudiantes que se inscriben en esos centros resultan engañados por no tener garantía de buena preparación.

No es posible emprender una expansión universitaria sin haber planificado la formación de un cuerpo docente adecuado, sin contar con los equipos necesarios y obedeciendo a demandas cuestionables. Expandirse sin haber solucionado muchos de los grandes problemas de su núcleo central expondría a la universidad del Estado a erosionar la confianza que deposita en ella la sociedad.

Freno a la especulación

Pro Consumidor ha exhortado a los consumidores a no pagar más de catorce pesos por la libra de azúcar crema y 16 por la refinada, pero en los colmados los precios de este producto sobrepasan los niveles aconsejados por el organismo oficial. El comercio local parece empeñado a sacarle provecho a una coyuntura que ha obligado a importar azúcar para satisfacer la demanda interna. Los precios del edulcorante importado no justifican las alzas locales.

El instituto que protege los intereses de los consumidores ha dado muestras de que está dispuesto a cumplir sus funciones. Lo ha demostrado  en el caso de las estafas en la venta de  gas licuado de petróleo y en el de la venta de productos con fechas vencidas o en mal estado. Los precios inflados del azúcar perjudican a los consumidores y a la industria del dulce. Hay que ponerle freno a la especulación desmedida. Pro Consumidor ya ha advertido que  tiene esa tarea por delante.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas