Ubi Rivas – Aristides depuesto

Ubi Rivas – Aristides depuesto

Con el vértigo que se están produciendo los acontecimientos en la vecina República de Haití, es muy posible que al publicarse esta entrega, el presidente Jean Bertrand Aristide haya sido depuesto (derrocado) del poder, a la recurrente usanza «made in Haití, con una constante revuelta popular.

Pero de lo que todos pueden tener la absoluta certeza, es que Aristide, que inició su traumática administración en diciembre de 1990 prometiendo un gobierno honesto y excento de narcotráfico, precisamente dos de sus peores anatemas y/o lacras, será derrocado en el curso del presente mes.

Ya antes, el 30-09-01, Aristide era derrocado por el Ejército en un movimiento que lideró el general Raoul Cedrás, que presidió un sangriento gobierno donde más de cinco mil haitianos fueron asesinados, que produjo la segunda intervención militar de Estados Unidos en febrero 1995, mientras Aristide, refugiado en Washington, D.C. retornaba al país el 15-10-95 recibido por una inmensa multitud en el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, en andas de su protector, el presidente William Jefferson Clinton, Bill Clinton.

Desde entonces, Aristide retornó a sus métodos truculentos y crueles con sus cuerpos especiales de la Familia Lavalás, idéntico al viejo médico rural Francois Duvalier, Papa Doc, con los Tom Tom Macoutes, y los excesos como el Pere Lebrum (una rueda de neumático encendida en derredor del cuello de una persona), son algunos de sus excecrables métodos que el presidente Clinton en ningún momento censuró ni tildó de violación a los derechos humanos, una palabreja que junto al terrorismo, son dos argumentos de Estados Unidos, desaparecido el comunismo, para cubrir excesos, tropelías y hegemonismo imperial.

Aristide, renegado cura de la orden de los Salesianos, recibido la tonsura de sacerdote en el Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino de la capital dominicana, luego expulsado de la orden, ha convertido a su país en un abominable antro de corrupción y un narco-Estado muy similar a Colombia, con la excepción de que en aquel país, sus gobernantes han enfrentado de manera frontal a las guerrillas de las FARC y el ELN, siempre, pero sobre todo ahora en el mandato del presidente Alvaro Uribe.

Conociendo esa referencia degradante el presidente George Bush Jr., todo parece señalar que Washington persigue con el derrocamiento de Aristide, debido a que no ha movido un dedo para detener la ola de vandalismo que estremece a haití, una nueva óptica de un gobierno estable, y además, que la estampida que viene produciéndose de ciudadanos haitianos hacia la parte Este de La Hispaniola, léase RD, cumplimentar con grandes trancos, el Plan Éxodo, que es fusionar la isla con el peso específico de una demografía densa de nacionales haitianos en RD. Jugada por partida doble.

Pero nuestras Fuerzas Armadas, en estos momentos dirigidas por un militar con un profundo concepto e interpretación de la historia, en el teniente general E.N. José Miguel Soto Jiménez, sabe, y en realidad imparte, las providencias pertinentes para frustrar un intento solapado del Plan Exodo que persigue fulminar la soberanía dominicana, apoyada por Washington, Canadá, Francia y Venezuela, sin que ante esa acusación, ninguno de esos países se hubiese apresurado a desmentir nunca.

Aristide ha constituido una auténtica desgracia, un fiasco colosal para los haitianos, y Convergencia Democrática ha actuado correcto en negarse a pactar con un gobernante que hastía hasta la coronilla a los haitianos, un simil de lo que acontece en la parte este de Saint Domingue con su gobernante, por su desempeño económico, político y social con puntuaciones de insuficientes.

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