Ubi Rivas – Los crímenes de Israel

Ubi Rivas – Los crímenes de Israel

El 17 de enero último, el premier israelí Ariel Sharón declaró públicamente su decisión de asesinar al fundador del movimiento de resistencia palestina Hamas, jeque Ahmed Yasin, promesa que cumplió con la rigurosa puntualidad que es clásico en los criminales, el 21 de marzo último, cuando helicópteros Apache dispararon misiles a Yassin que se transportaba en silla de ruedas hacia una mezquita en Ciudad de Gaza, pereciendo también sus dos custodios.

De inmediato, Sharón justificó el crimen aduciendo que Yasin lideraba un grupo extremista de asesinos que persigue la destrucción de Israel como Estado, mientras el presidente George Bush Jr. se limitó a mostrar «consternación» por el crimen.

El embajador sionista ante la ONU, Dan Guillerman justificó el crimen y fue más lejos, denunciando «la suprema hipocresía del Consejo de Seguridad por tratar de condenar el hecho.

Estados Unidos, siempre respaldando al Estado hebreo, aún en sus peores referencias criminales, vejámenes, atropellos y torturas al pueblo palestino, vetó el día 25 de marzo un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad ampliado de la ONU para condenar a Israel y a Sharón por el crimen, que recibió once votos a favor de la condena, con las abstenciones culpables del Reino Unido, Alemania y Rumanía, que pasaron estos dos estados europeos, de títeres del Pacto de Varsovia a títeres de la OTAN.

Los métodos genocidas del Estado judío contra los palestinos, con quienes se niegan a compartir la convivencia en Tierra Santa, pueden empezar a tener referencias con la masacre de Deir Yassin, liderada por el futuro premier Menachen Begin, el 19-04-48, cuando apenas faltaba menos de un mes para formalizar la proclamación como Estado de Israel, conforme a la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947, que se estrenó el 14 de mayo de 1948, y que fueron masacrados 254 palestinos.

Begin fue el artífice de explotar con C4 el hotel rey David en Jerusalén, durante el Mandato Británico (1917-1948), liderando el movimiento terrorista Irgún, ese terrorismo que tanto Israel como USA invocan para justificar tropelías e invadir a Afganistán e Iraq, y que fue el accionar cotidiano del Irgún como el Stern que nutría la Haganah y el Palmach antes del nacimiento del Estado sionista.

El 12 de septiembre de 1982, Sharón, liderando una acción de comandos en Sabra y Chatila, eliminó a más de ochocientos palestinos de todas las edades y los dos sexos, sin contemplaciones, hecho abominable que no contó con la condena del entonces presidente Ronald Reagan, el gobernante de los contra-nicaragüenses y de invadir Granada en las antillas menores.

La paz advendría sin grandes dificultades desde el momento en que Israel acceda a ceñir su territorio indicado por la resolución 181 citada, adjudicando su porción condigna para la fundación del Estado Palestino, que primero el mundo árabe rechazó la participación de Palestina resolutada por la ONU, y que asignaba la parte norte de Palestina a los palestinos, y a Israel la sur, incluyendo la internacionalización de Jerusalén.

Camp David de 1979 y Oslo de 1993 modificaron el reparto original de Palestina, y en ninguno de los tres casos Israel ha acatado lo pactado, y a cambio, Israel mantiene ocupada la parte palestina de la Autoridad Nacional Palestina acordada en Oslo, y acorralada, bombardea sin piedad y tiende un cerco de hierro y fuego contra la ANP, crisálida del inexorable Estado Palestino sin cuya proclamación no habrá paz jamás en el Cercano Oriente.

La resolución 242 de la ONU del 22-11-67, ordena a Israel retirarse de los territorios ocupados antes de la guerra del Yon Kippur, pero Israel, como siempre, desdeña las resoluciones de la ONU porque de hacerlo, proclamó para la posteridad el entonces premier Benjamín Netahiau, «Israel no existiera».

Con esos criterios talibanes, apoyados por USA, no habrá paz nunca en el Cercano Oriente mientras los crímenes se reiteran sin castigos ni condenas.

Publicaciones Relacionadas