Ubi Rivas – Metrópolis tras caos Haití

Ubi Rivas – Metrópolis tras caos Haití

Haití, como República Dominicana y en gran medida, todo el continente americano, fue víctima propiciatoria del caos por las metrópolis europeas a partir del siglo XIV hasta nuestros días.

En efecto, una serie de tratados acordados por Francia y España, modificaron el escenario geográfico, y en consecuencia, político, de la antigua La Española o Saint Domingue.

El primero de ellos fue el Tratado de Riswick, acordado entre Francia y España el 20-09-1697, mediante el cual la segunda cede a la primera la parte Este de La española, en ese poblado cerca de La Haya, Holanda.

El acuerdo es basado en la profusa población francesa en la parte Este de La Española, consecuencia directa de las despoblaciones que realizó el gobernador Antonio de Osorio en 1605 con la finalidad de contrarrestar el contrabando, cuando lo correcto hubiese sido poblar y fortificar esa zona con súbdidos de España y soldados españoles.

A Riswick siguió Aranjuez, firmado por los dos países (España y Francia) el 03-06-1777, que estableció por vez primera a la demarcación fronteriza de la parte Este y Oeste de La Española, es decir, ratificación de Riswick.

A Riswick sigue Basilea, acordado también por España y Francia el 22-07-1795 mediante el cual Carlos IV de España cedió a Francia toda La Española a Napoleón Bonaparte, vencida España por el Gran Corso, y expedido seis años después, en 1801, en París, y que posteriormente se constituyó a la base argumental de Haití de la unificación de la isla, que proclamó por primera vez Jean Jacques Dessalines, coronado emperador como Jacobo I, el 22-09-04, una payasada por imitar al Gran Corso que había hecho lo propio el 18-03-04.

Empero, el 30-05-1813, Francia y España rubricaron el Tratado de París, mediante el cual, y ante la presencia de Austria, Rusia y Gran Bretaña, Francia devuelve la parte oriental de La Española a España, que ipso facto, y de jure, anula a Basilea.

En 1821 el doctor José Núñez de Cáceres, sin un ejército ni el pueblo organizado, proclamó la separación de España e intenta la incorporación de la naciente concepción jurídica estatal a la Gran Colombia, sin estatuir la abolición de la esclavitud, ni tampoco conoce a priori la reacción del general Simón Bolívar, que había nexos de gratitud al presidente de Haití, Juan Pierre Boyer, quien le había suministrado ayuda en su lucha independentista contra España.

Boyer invade la parte oriental de La Española el 09-02-1822, que prolongaría el dominio absoluto de la isla hasta el 27-02-1844, en que los patriotas dominicanos, acaudillados por Matías Ramón Mella, proclaman en el baluarte de El Conde, la independencia, palabra que se usa por primera vez, de la parte Este, con el nombre de República Dominicana y con la consigna: Dios, Patria y Libertad.

Finalmente, el Tratado de Nimega, firmado en esa ciudad francesa entre España y Francia en 1676, en que sin una victoria definida de las guerras entre los dos países, durante 1673-76, la mediación del conflicto, parece que fue el punto de partida que conformó Riswick, 21 años después.

Ese conjunto de tratados la experiencia histórica demuestra que incidieron en la conformación de un Estado moderno y en una democracia viable tanto en Haití como en nuestro país, por los acontecimientos inestables, turbulentos, dislocados de un ambiente propicio para el ordenamiento institucional y el progreso material, observando la inestabilidad en los gobiernos efímeros, las asonadas cuartelarias, el desbarajuste social, la barbarie y el caos, que ha sido el decursar histórico de ambos países desde 1804 y 1844, respectivamente.

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