Ucrania, pendiente de la llegada de más armas de sus aliados occidentales, resiste la creciente presión rusa en Vuhledar y Bajmut, en la región oriental de Donetsk, donde los combates se recrudecen a menos de un mes del primer aniversario de la guerra.
“La situación en el este es difícil, pero está bajo control”, afirmó Oleksii Reznikov, ministro de Defensa de Ucrania, en una entrevista con el canal CBC publicada este domingo.
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Los tanques
Según Reznikov, el acuerdo entre los aliados para enviar los blindados que necesita Kiev, “no es el final de la historia, sino solo su comienzo».
El ministro ruso reconoció, no obstante, que la llegada de los primeros tanques tomaría un tiempo, así como la capacitación de los militares en su manejo.
En todo caso, confió en que las entregas se realicen para marzo, cuando Kiev planea lanzar una gran operación militar a fin de recuperar los territorios perdidos, como adelantó antes la inteligencia militar ucraniana.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reclamó a su vez misiles de largo alcance para hacer frente a los ataques lanzados por los rusos. “Detener este terror ruso sería posible si pudiéramos proporcionar fuerzas de misiles adecuadas para nuestro ejército. Para que los terroristas no tengan una sensación de impunidad”, dijo Zelenski en su habitual discurso nocturno.
El mandatario ucraniano sostuvo que “Ucrania necesita misiles de largo alcance. El Ejército ruso lanzó el sábado a las 9-15 hora local un ataque con misiles contra la localidad de Kostiantinivka, en la región de Donetsk (este) que dejó tres víctimas mortales y catorce heridos, según el presidente ucraniano.
Ucrania también espera de sus aliados aviones de combate.