KIEV. Las fuerzas armadas proseguían el jueves la ofensiva contra los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, pese a los llamamientos europeos a un nuevo alto el fuego. Los guardias fronterizos ucranianos dijeron que nueve de sus hombres resultaron heridos en un bombardeo con mortero el jueves por la mañana de los rebeldes contra el puesto fronterizo de Doljanskiï, retomado el martes por el ejército.
«La operación antiterrorista» podría intensificarse con el nombramiento, aprobado el jueves por el Parlamento, de un nuevo ministro de Defensa y de un nuevo jefe del Estado Mayor general. El presidente Petro Poroshenko eligió para la cartera de Defensa a Valeriï Gueleteï, antiguo jefe del servicio de protección de las personalidades públicas.
Además propuso a un militar de carrera, el general Viktor Mujenko, formado en la Unión Soviética y en puesto en Irak entre 2003 y 2004, para dirigir el Estado Mayor.
En el ámbito diplomático, la reunión de los cuatro jefes de la diplomacia ucraniana, rusa, alemana y francesa, el miércoles en la capital alemana desembocó en un llamamiento a una reunión, a más tardar el sábado, de un grupo de contacto que reúna a Rusia, Ucrania y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
En ella debería participar también los rebeldes con el objetivo de lograr un alto le fuego duradero. El presidente francés, François Hollande, y la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, pidieron el jueves en una conversación telefónica al presidente ruso, Vladimir Putin, que «intervenga ante los separatistas para que negocien y encuentren un acuerdo con las autoridades ucranianas», según la presidencia francesa.
Putin por su parte expresó en la misma conversación su «gran preocupación» por las víctimas civiles en Ucrania, según informó el Kremlin.
A la espera de que se concrete una fecha y un lugar para la reunión de grupo de contacto, las fuerzas ucranianas siguieron con sus operaciones el miércoles por la noche, destruyendo una columna de camiones militares que transportaban a rebeldes en el sur de la región de Donestk, uno de los bastiones de los insurgentes, anunció el ministerio de Defensa.
También aseguró que un grupo de rebeldes abrió fuego contra un puesto de control del ejército pero que fueron repelidos y «los agresores fueron eliminados».
Alto el fuego bilateral
Ucrania reafirmó el miércoles en Berlín que está dispuesta a negociar en el marco del grupo de contacto, pero un eventual alto el fuego debería ser «bilateral» y no un unilateral como el anterior, marcado por numerosos incidentes armados y pérdidas de vidas humanas.
En Kiev, el número dos de la administración presidencial, Valeriï Chalyï, recordó el miércoles las otras condiciones ucranianas: la recuperación del control de la frontera bajo vigilancia de la OSCE y la liberación de «todos los rehenes» detenidos por los rebeldes.
Sobre este primer punto, Moscú propone que Kiev envíe a sus guardas fronterizos y la OSCE a sus observadores al lado ruso de la frontera, para participar en los controles.
Sin rechazarla abiertamente, Kiev considera que esta propuesta es insuficiente, porque implicaría que el otro lado de la frontera podría quedar en manos de los separatistas.
Por su parte, los insurgentes reaccionaron al afirmar que estarían dispuestos a tomar parte en unas negociaciones indirectas solo con la participación de Rusia y de la comunidad internacional, pero que se niegan a unas conversaciones bilaterales con Kiev.
«Si Rusia y la OSCE no nos hace ninguna propuesta, estaremos de acuerdo para participar en las consultas», dijo a la AFP Andriï Purguin, «vice primer ministro» de la «República Popular de Donetsk» proclamada por los separtistas.
Para el analista político Vadyn Karasyov, director del Instituto de Estrategias Globales en Kiev, la perspectiva de un nuevo alto el fuego depende de la situación militar en el terreno. «Si Kiev consigue éxitos militares significativos en el este, las autoridades no irán hasta un alto el fuego», explicó, porque daría tiempo al adversario de recibir refuerzos.