Las tropas ucranianas centran ahora sus esfuerzos en hacerse con el control de la ciudad de Kreminna, un punto estratégico situado entre ambas regiones del Donbás
Los ejércitos ucranianos y ruso cierran el año con cruentos combates en el Donbás, donde cada bando intenta lograr avances territoriales aún a costa de un gran número de bajas en sus filas.
“El asunto está claro. Primero de todo, Bajmut, Kreminna y el Donbás en general”, dijo Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, tras reunirse con el Estado Mayor.
Desde la retirada rusa en noviembre de la sureña Jersón, los combates se han concentrado en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, cuyo control es el origen del actual conflicto. “Continuamos preparando la defensa (…) para el próximo año. Somos conscientes de los riesgos del invierno y entendemos lo que tenemos que hacer en primavera”, agregó Zelenski. Las tropas ucranianas centran ahora sus esfuerzos en hacerse con el control de la ciudad de Kreminna, un estratégico cruce de caminos situado entre ambas regiones del Donbás.
El jefe de la Administración Militar de Lugansk, Serhiy Haidai, asegura que el mando ruso ya ha abandonado la ciudad, al igual que los civiles que habían sido enviados desde Rusia. Haidai destaca que la toma de Kreminna allanaría el camino para reconquistar las localidades que conducen a Lysychansk y Severodonetsk (Lugansk), bastiones perdidos por Kiev en junio-julio. Kiev admite que el minado del territorio y las barreras defensivas construidas por el enemigo ralentizan el avance ucraniano.