UE agilizará Constitución

UE agilizará Constitución

DUBLÍN (EFE).- La Europa de los Veinticinco nació ayer entre celebraciones en el este y el oeste, y con una prioridad política unánime: concluir cuanto antes la Constitución que deberá permitirle huir de la parálisis y gestionar con éxito su enorme diversidad.

El ingreso en la Unión Europea (UE) de diez nuevos estados miembros creó ayer un bloque político y económico sin igual en el mundo, con más de 450 millones de habitantes regidos por leyes, valores e instituciones comunes.

La gran ampliación de la UE al Este se ha hecho realidad antes de que los gobiernos comunitarios pudieran concluir una reforma satisfactoria de las instituciones supranacionales que fueron creadas en 1957 cuando el «club comunitario» estaba formado solamente por seis miembros, tres «grandes» (Alemania, Francia e Italia) y tres «pequeños» (Bélgica, Holanda y Luxemburgo).

Como presidente de turno de la nueva Unión ampliada, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, afirmó en Dublín que «la primera tarea» ahora será aprobar el «Tratado constitucional», del que se espera una simplificación de los procedimientos y mayores facilidades para avanzar hacia cotas más altas de integración.

A partir de hoy, con la ampliación a 10 nuevos estados, la Comisión Europea, órgano motor de la UE, pasa a tener 30 miembros en lugar de 20, y el Parlamento, 788 eurodiputados en lugar de 626.

El 1 de noviembre entrarán en vigor las disposiciones institucionales del Tratado de Niza, que racionalizarán algo el esquema institucional, con una reducción por ejemplo del número de comisarios y una extensión del voto por mayoría, pero no facilitarán la toma de decisiones en el Consejo de ministros, la institución clave de la UE.

La Constitución preparada durante 18 meses por la Convención de Valery Giscard D’Estaing no pudo cerrarse en Bruselas en la cumbre de diciembre debido sobre todo a la disputa entre Francia y Alemania por un lado, y España y Polonia por otro, en torno precisamente a la reforma del sistema de votación.

«Necesitamos aprobar pronto y bien la Constitución», insistió hoy el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

El jefe del Ejecutivo de Bruselas advirtió, en una rueda de prensa celebrada conjuntamente con Ahern y con el presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, del riesgo que plantea el mantenimiento de las reglas de decisión actuales.

«La consecuencia de mantener la unanimidad», dijo, «es la ausencia de decisiones. El problema para Europa no es el número de miembros, sino sus reglas».

«Si queremos poder decidir», insistió Prodi, «es necesario hacerlo por mayoría».

Los Veinticinco se han comprometido a intentar cerrar las negociaciones de la Constitución en la cumbre que celebrarán en Bruselas los días 17 y 18 de junio como colofón al semestre irlandés.

Las perspectivas de un acuerdo han aumentado después del cambio político en España y el anuncio por parte del nuevo presidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, de que está dispuesto a considerar una solución al problema del voto sobre la base del principio de la «doble mayoría» y no del Tratado de Niza.

Zapatero se entrevistará esta noche en Dublín con Ahern, en un primer contacto en el que éste le presentará «algunas ideas», según dijo el presidente de la UE a los periodistas sin dar más detalles.

El primer ministro irlandés anunció también que emprenderá la semana que viene la tradicional gira de capitales preparatoria del Consejo Europeo, incluida Madrid, que dedicará a la búsqueda de un compromiso sobre la Constitución.

Pero las objeciones españolas a un reparto de poder menos beneficioso que el logrado en Niza (2000) no es el único obstáculo que queda por superar.

Incluso si los Veinticinco llegaran en junio a un acuerdo, el anuncio por parte del primer ministro británico, Tony Blair, de que someterá a referéndum en su país -uno de los más «euroescépticos»- la ratificación de la Constitución, ha arrojado oscuros nubarrones sobre el futuro tratado antes incluso de que éste vea la luz.

En un día de celebración y fiesta como hoy, el presidente del Parlamento, el irlandés Pat Cox, quiso ser optimista pese a todo y aseguró que la Constitución será «un buen documento».

«No era fácil explicar los arcanos de (el Tratado de) Maastricht, pero sí una Constitución para Europa», dijo a los periodistas pensando en el referéndum británico y en la consulta en su propio país, donde el pueblo hubo de votar dos veces antes de aceptar el oscuro Tratado de Niza.

Pero la Constitución, según Cox, es por el contrario «un producto que puede venderse».

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