El Consejo de la Unión Europea aprobó este lunes una nueva estrategia sobre productos químicos para prohibir los más peligrosos y dar un impulso a la innovación en los que sean seguros y sostenibles, con el objetivo de mejorar la protección de la salud humana y del medioambiente.
La estrategia se propone específicamente prohibir las sustancias químicas más nocivas en productos de consumo como cosméticos, juguetes, detergentes, artículos de puericultura, muebles, textiles o materiales que entren en contacto con los alimentos, a menos que se consideren esenciales para la salud, la seguridad o el funcionamiento de la sociedad, o bien si no hay alternativa disponible, anunció el Consejo en un comunicado.
En sus conclusiones, el Consejo pide a la Comisión que aplique las acciones establecidas en la estrategia, incluidas enmiendas específicas para racionalizar la legislación sobre sustancias químicas de la UE, que cuenta con más de 40 textos legislativos sobre la materia.
En este sentido, solicita que se sustituyan y minimicen las sustancias preocupantes y se eliminen gradualmente las sustancias químicas más nocivas para usos sociales no esenciales.
El Consejo también destaca la importancia de limitar la exposición a los disruptores endocrinos (peligrosos para el sistema hormonal) y de reducir los efectos nocivos de las mezclas químicas.
«Tenemos que asegurarnos de que los productos químicos se elaboren y utilicen de manera que no dañen la salud humana y el medioambiente», declaró el vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmemans, quien en la presentación de este plan el pasado 14 de octubre subrayó que es «especialmente importante dejar de utilizar los químicos más dañinos en productos de consumo».
La iniciativa del Ejecutivo comunitario, que ahora valida el Consejo y a la que deberán seguir propuestas legislativas, fija «acciones concretas» para que los productos químicos sean más sostenibles y anima a los Estados miembros a fomentar la innovación en ese campo a través del fondo europeo de 750.000 millones de euros para recuperar la economía tras la crisis del coronavirus.
Además de retirar los químicos peligrosos de los artículos de consumo, Bruselas quiere también «minimizar y sustituir en la medida de lo posible la presencia de sustancias preocupantes en todos los productos», priorizando aquellos que afecten a las poblaciones más vulnerables y las que tengan «más potencial para la economía circular».
El Ejecutivo europeo también pretende abordar el llamado «efecto cóctel» que resulta de la combinación de diferentes productos químicos y garantizar que los consumidores tengan acceso a la información sobre el contenido químico y el uso seguro de los productos.
La estrategia para los nuevos químicos, que deberán ser seguros y sostenibles desde el diseño hasta el fin de su vida útil, tendrá también una dimensión en la balanza comercial pues se intensificará «considerablemente la aplicación de las normas de la UE tanto en las fronteras como en el mercado único».
La Comisión «promoverá las normas de seguridad y sostenibilidad a nivel mundial, en particular predicando con el ejemplo y promoviendo un enfoque coherente con el objetivo de que las sustancias peligrosas prohibidas en la UE no se produzcan para la exportación», recoge la estrategia.