BRUSELAS (AFP).- Los líderes europeos se reúnen desde hoy jueves en Bruselas en una cumbre que debería servir para sentar las bases de una política común energética, pero que amenaza cada vez más en convertirse en tribuna de la disputa que divide a Europa por el resurgimiento del patriotismo económico.

El alza de los precios de petróleo y la crisis gasífera entre Ucrania y Rusia en enero pasado han convertido al tema de la energía en el gran protagonista de la cumbre de “primavera” de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea, dedicada tradicionalmente a aspectos financieros.

Pero si la intención de los líderes europeos es mostrarse unidos luego de las crisis por la Constitución, el presupuesto comunitario y el futuro de la ampliación, la polémica por el resurgimiento del patriotismo económico en algunos socios amenaza cada vez más con ocupar el eje de la reunión.

La polémica se desencadenó por medidas de parte de España y Francia para frenar la ofensiva del grupo energético alemán E.ON sobre la compañía de electricidad española Endesa, y la intención de la italiana Enel de lanzar una oferta de compra sobre la francesa Suez.

En vísperas de la cumbre, Italia, embarcada en una dura batalla contra Francia y en plena campaña electoral, intentó impulsar la presentación de una declaración común que condena el aislamiento económico y apoya la apertura de mercados, indicaron el miércoles fuentes diplomáticas.

Pero el gobierno italiano desistió en su idea por la falta de apoyo de los socios que esperaban sumar a la iniciativa, según explicaron fuentes europeas.

A poco más de quince días de los comicios legislativos en Italia, el jefe de gobierno Silvio Berlusconi podría estar tentado de utilizar la cumbre como tribuna en la campaña electoral que lo enfrenta al ex presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

De todos modos, y como los 25 miembros de la UE lo admitieron en una reunión extraordinaria de ministros de Energía el pasado 14 de marzo, los problemas energéticos del bloque no se deben a esta disputa interna, sino más bien a problemas vinculados con sus propias deficiencias de producción.

En efecto, la UE importa más del 50% de la energía que consume y, si no se toman medidas, en 20 ó 30 años cerca del 70% de los requerimientos energéticos del bloque serán cubiertos por productos importados, advirtió la Comisión Europea en un “Libro Verde” sobre el tema a principios de marzo.

Para algunos países como España, que depende en un 80% de la energía producida fuera del bloque, la cuestión es fundamental.

En ese sentido, y según el proyecto de conclusiones de la cumbre del cual la AFP obtuvo una copia, las prioridades de una política común son tres: reforzar la seguridad del abastecimiento, garantizar la competitividad de las economías europeas y los precios moderados de la energía y promover fuentes viables para el medio ambiente.