Úlcera por presión

Úlcera por presión

Doctora Nalini Campillo
Coordinadora clínica de úlceras, heridas y pie diabético, Hospital General Plaza de la Salud

Los sitios comprometidos a desarrollar úlceras por presión en más del 80 % de los pacientes ‘encamados’ son: sacro, trocánteres, nalgas, maléolos externos y talones.

Las úlceras por presión (UPP) constituyen un tipo especial de lesiones causadas por la presión prolongada sobre prominencias óseas o cartilaginosas, la cual produce un trastorno de irrigación sanguínea y nutrición tisular que conduce a la destrucción del tejido sometido a dicha presión.

A pesar de que se utiliza el término “úlceras por decúbito” o “llagas de cama” para nombrarlas, las lesiones no solo se producen en posición supina, sino también en los pacientes confinados a una silla de ruedas. Por este motivo es preferible denominarlas úlceras por presión.

¿Cómo se manifiestan? Estas lesiones se presentan como una zona eritematosa (roja) que no blanquea y en caso de no cambiar la posición del paciente, puede haber pérdida del tejido, que va profundizando hacia el hueso hasta que se forma una escara sobre la prominencia ósea en el punto en que se apoya constantemente el cuerpo del paciente. Las úlceras por presión se han clasificado según su profundidad en:

• Estadio 1: eritema de la piel no blanqueable. Rubor en un área específica sin que la piel se rompa. La piel esta roja, pero intacta.
• Estadio 2: pérdida cutánea limitada a la epidermis o dermis.
• Estadio 3: necrosis cutánea
• Estadio 4: cuando ya hay compromiso muscular u óseo.

La fuerza de compresión es el factor causal número uno en la génesis de estas úlceras.
Son más sensibles los tejidos subcutáneos y el músculo, bastando presiones de 60-70 mm Hg por 1 o 2 horas para desencadenar un proceso isquémico, que si no se revierte a tiempo, origina la muerte celular y su necrosis. Se debe tomar en cuenta que la presión ejercida sobre el sacro y trocánteres en las camas hospitalarias puede alcanzar hasta los 100-150 mm Hg. Y el efecto es mayor en los pacientes sentados.

Los efectos negativos de la presión por compresión son exacerbados en presencia de varios factores, que muchas veces no se toman en cuenta:
• Fricción: determina un daño a la piel (por ejemplo: tironeo de sábanas).
• Humedad: condicionado por la orina y deposiciones. Facilita la maceración de la piel. Muchos pacientes pasan horas y horas con el mismo pañal desechable o las sábanas de cama húmedas.
• Fuerzas cortantes: son las fuerzas generadas por los tejidos sacrocoxígeos profundos. Pueden causar la oclusión de los vasos glúteos y daño mecánico de los tejidos subcutáneos.
El segundo componente esencial en la génesis de estas úlceras es la isquemia, especialmente en las prominencias óseas.
La presión ejercida en dichas áreas ocluye los vasos sanguíneos.

¿Cómo podemos evitarlas?

Miguel fue un paciente inspirador. Desde que supe que había ingresado a la unidad de cuidados intensivos, sentí la necesidad de protegerlo.

No presentó eritema por cuatro meses, pero sufrió un segundo episodio cerebral que lo condujo a otra unidad de cuidados intensivos, donde en apenas cinco días desarrolló una úlcera sacra estadio 4. Penosamente murió un sábado por la noche.

A todos los pacientes encamados debemos ofrecerles los siguientes cuidados:
• Cambiar de posición cada dos horas como mínimo de decúbito supino a decúbito lateral de 30º.
• Cuidar el buen estado nutricional y la higiene.
• Usar dispositivos anti-compresión. El colchón anti escaras disminuye 50 % la aparición de úlceras.
• Usar almohadones en rodillas y tobillos.
• Manejar la espasticidad muscular con kinesioterapia motora (arte y ciencia del tratamiento de lesiones mediante el movimiento).
• Aportar la nutrición calórico-proteica adecuada, incluyendo vitamina C y zinc.
• Eliminar el tejido necrótico para promover la cicatrización y prevenir las infecciones. Cuando la úlcera cubierta por una escara dura, se sugiere evaluar para un desbridamiento quirúrgico.
• Usar apósitos especializados como los de poliuretano o de hidrocoloide en los puntos de apoyo para evitar que la piel se rompa.

En los casos en que ya se ha formado una lesión ulcerada es imprescindible que el personal de salud evalúe periódicamente las siguientes características de la úlcera: tamaño, estadio y localización; cambios de olor, aparición de purulencia y eritema perilesional; grado de extensión y profundidad del tejido necrótico.

¿Qué puedo hacer yo en casa sin ser médico?
Comprar un colchón antiescaras. Existen muchos tipos de materiales y tipos de camas que disminuyen la presión.

En relación a costo/beneficio, los colchones de hule espuma que presentan forma de cartón de huevos, son económicos. Estos se colocan sobre la cama con la parte lisa hacia abajo. También se pueden utilizar colchones de agua, aire o gel.

Si el paciente está sentado, los cambios de posición deben ser cada 15 minutos, ya que la presión sobre las tuberosidades isquiáticas aumenta de manera importante en esta posición. Anote en un papel la hora y la posición que tiene el paciente. Hágale un horario de cambio de posición y use la alarma de su celular para un nuevo cambio. Todos los que habitan en casa pueden ayudar a cambiarlo de posición cuando vean el horario.

Trate de mantener la piel seca y limpia: Utilice un agente de limpieza suave para no irritar la piel (no puede quedar reseca o irritada y tampoco se debe friccionar la piel).

Evitar ambiente con humedad baja y exposición al frío, también evitar masajes en las prominencias óseas.

No dejar que el paciente dure mucho tiempo con un pañal desechable húmedo, recuerde que la humedad macera la piel circundante y puede ampliar la úlcera.

Compartir una lectura con el paciente. La voz de un familiar, alta y serena, le hará sentirse acompañado, es un abrazo de palabras. Recuerda que nadie merece una úlcera.

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