Últimas directrices de la ONU sobre protección del consumidor iluminan la ruta a seguir

Últimas directrices de la ONU sobre protección del consumidor iluminan la ruta a seguir

Las guías para la defensa del consumidor son revisadas periódicamente

El 4 de febrero del 2016 se hicieron públicas las ultimas guías de las Naciones Unidas para la protección del consumidor, las cuales fueron revisadas y aprobadas el 22 de diciembre del 2015, y de las que tuvimos la oportunidad de participar en su discusión y elaboración, bajo el auspicio de la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Si a estas directrices de las actuales autoridades del organismo internacional le añadimos el artículo 53 de nuestra Constitución, que consagra y protege los derechos del consumidor, y la Ley 358-05,- que tuvo su origen en la ley modelo propuesta por la ONU-, además de las leyes sectoriales que fortalecen las atribuciones a la institución llamada a tutelar estos derechos, disponemos de un manojo legal para una fuerte defensa de los intereses económicos de los consumidores.

Las guías para la defensa del consumidor son revisadas periódicamente para adecuarlas a los cambios que se han producido en el campo del derecho y del comercio, ante la necesidad de que los países miembros fortalezcan sus políticas nacionales para la protección del consumidor.

Las mismas hacen énfasis en la seguridad física, la promoción y protección de sus intereses económicos; normas para la calidad en los bienes y servicios destinados a los consumidores y amplias precisiones sobre los sistemas de distribución de los bienes de consumo, principalmente de los alimentos.

También se refieren a la solución de controversias y a la compensación de los consumidores, cuando en su relación con el mercado son afectados sus intereses.

Las directrices proponen un programa amplio de educación al consumidor, el cual debe formar parte de la educación formal de todos los países miembros, enfocado en: Comercio electrónico, servicios financieros, utilización eficiente de agua y energía con el enfoque del consumo responsable; plantean también que las empresas deben organizar programas de educación en este sentido y ser ellas parte del mismo al suponer un compromiso de todos los ciudadanos.

Las guías presentan tres temas muy importantes que no figuraban en directrices anteriores, como el comercio electrónico. Aquí sugiere que los derechos de los consumidores y usuarios del comercio electrónico deben ser garantizados con la misma legislación de cada país referida a la defensa de los derechos de los consumidores.

Los servicios financieros fluyeron porque las directrices comenzaron a discutirse posterior a la crisis Suprime, que tambaleo al sistema financiero mundial y que fue de mucha preocupación para los consumidores globales.

Las guías en este sentido abogan por una regulación transparente donde los usuarios de esos servicios, además de ser educados sobre el funcionamiento del sistema, les asiste el derecho de estar debidamente informados.
Estas guías se refieren, además, a otros ámbitos específicos como la promoción de la salud, los alimentos, iniciativas de política y practicas sostenibles, acceso universal a la energía, y a los servicios públicos.

Las guías proponen la protección de los turistas con normas transfronterizas para resolución de las controversias en las que pudieran poner en riesgo sus intereses económicos.

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