Último adiós a Margaret Thatcher

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BBC Mundo. En raras ocasiones una muerte provoca tanto debate, tanta división, tanta reflexión: el fallecimiento de Margaret Thatcher el 8 de abril, a los 87 años, reavivó pasiones.

Y su funeral este miércoles, en Londres, se presentó como una ocasión no sólo para el recuerdo de familiares y seguidores, sino para que sus opositores hicieran sentir su rechazo al legado de una de las mandatarias británicas más influyentes y divisivas.

Más de 4.000 policías formaron parte del operativo de seguridad del funeral. El ataúd con los restos de Thatcher, quien fue primera ministra entre 1979 y 1990, se dirigió en procesión desde Westminster hasta la catedral de San Pablo, donde a las 11:00 hora local (10:00 GMT) comenzó el funeral.

Unas 2.300 personas de 170 países estuvieron presentes. Entre ellas, la reina Isabel II.

Se trató de la primera vez que la monarca asistió a las honras fúnebres de un primer ministro británico desde la muerte de Winston Churchill, en 1965.

Más de 50 personas relacionadas con las Falklands/Malvinas fueron invitadas, incluidos veteranos de la guerra de 1982, que enfrentó a Reino Unido con Argentina.

La embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, rechazó participar en el evento luego de que la presidenta argentina, Cristina Fernández, no fuera invitada.

La llamada «Dama de Hierro» tuvo un funeral con todos los honores militares, un escalón por debajo del funeral de Estado, normalmente reservado para los monarcas. Es decir, uno como el que tuvieron la princesa Diana y la Reina Madre, madre de Isabel II.

Seguridad. El corresponsal de la BBC para asuntos domésticos, Danny Shay, dijo que, aunque no se creía que el ataque del lunes en la maratón de Boston hubiese generado algún cambio significativo en el operativo de seguridad, se esperaba que la policía y el público estuvieran más alertas.

Probablemente el mayor dolor de cabeza para la policía fue cómo responder a expresiones de rechazo espontáneas que se produjesen a lo largo de la ruta del cortejo fúnebre.

Un experto consultado por la BBC afirmó que la Policía Metropolitana tuvo la difícil tarea de decidir qué era una manifestación pacífica y qué era un trastorno del orden público durante el funeral de la ex primera ministra británica.

«Es una línea muy delgada», le dijo a la BBC el especialista Tim Brain, ex jefe de policía Gloucestershire.

El experto consultado explicó que una de las formas de protesta aceptada por los agentes era darle la espalda al féretro durante su desfile por las calles de Londres.

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