LONDRES, (AFP) – Kate Middleton participó este jueves en un último ensayo general en la abadía de Westminster antes de su fastuosa boda con el príncipe Guillermo, a quien no prometerá obediencia el viernes en sus votos matrimoniales, mientras los ilustres invitados empezaban a llegar a Londres.   La novia, de 29 años, arribó en un cortejo de coches con cristales oscuros a la iglesia gótica, ante la cual acampa un número creciente de admiradores de la pareja.

Estaba acompañada por el príncipe Enrique, hermano de su prometido y padrino de boda, algunos miembros de su familia y sus damas de honor y pajes para llevar a cabo los últimos ajustes.  

 Tras estar presente en un primer ensayo la noche del miércoles, Guillermo, de 28 años, brilló por su ausencia en lo que el palacio presentó como la última visita prenupcial de Kate o de un miembro de la familia real al escenario del enlace, que está ya decorado con árboles y flores y listo para recibir a los 1.900 invitados desde primera hora de la mañana del viernes.  

La boda del segundo en la línea de sucesión a la Corona, la más importante que se celebra en el Reino Unido en 30 años, podría estar sin embargo empañada por la lluvia prevista por los servicios meteorológicos en varios momentos de la jornada, que también debería ser más fresca que los últimos días.  

«Podría haber algunas precipitaciones a primera hora. Luego estará seco durante un tiempo pero durante la tarde hay un riesgo creciente de nuevas lluvias, incluso una tormenta con truenos», estimó Paul Mott, de MeteoGroup.  

Mientras los primeros dignatarios y miembros de la realeza empezaban a llegar a la capital para el enlace, el ministerio de Relaciones Exteriores anunció que, de acuerdo con la casa real, retiró la invitación al embajador de Siria en Londres, Sami Khiyami, porque su presencia «sería inaceptable» tras la violenta represión de las manifestaciones contra el régimen de Bashar al Asad.  

Otro invitado controvertido por los mismos motivos, el príncipe heredero de Bahréin Salman ben Hamad al Jalifa, declinó su invitación el domingo.   Varios de los más de 40 miembros de otras casas reales que asistirán al enlace, como el rey Constantino de Grecia, padrino del novio, el rey de Tonga o el Sultán de Brunei, se encuentran ya en Londres.  

Este jueves por la noche asistirán a un banquete con la reina Isabel II y su esposo Felipe en el lujoso hotel Mandarin Oriental, donde también son esperados la reina Sofía de España, los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, y los príncipes de Holanda, Guillermo y Máxima.   Con todo listo, los novios pasarán su última noche de soltería y seguramente de nervios en familia. Guillermo debe cenar en Clarence House con su padre, el príncipe Carlos, y la esposa de éste, Camila, así como con el príncipe Enrique.  

A escasos centenares de metros, Kate Middleton estará alojada con sus progenitores y hermanos en el elegante hotel Goring, de donde saldrá el viernes por la mañana luciendo el vestido de novia más esperado de la historia en sus últimos pasos como plebeya.  

Como ya había anticipado la prensa, antes de dar el «Sí quiero», la futura princesa seguirá los pasos de la princesa Diana, madre de Guillermo, y omitirá la palabra «obedecer» en sus votos matrimoniales durante la ceremonia celebrada por el rito anglicano por el arzobispo de Westminster.  

Kate prometerá así a Guillermo «amarle, confortarle, honrarle y cuidarle en la salud y en la enfermedad», según el programa oficial publicado este jueves.  

En este documento para el recuerdo, que incluye las fotos oficiales de la pareja tomadas por el peruano Mario Testino, Guillermo y Kate dan personalmente las gracias a los británicos por su cariño a lo largo de los últimos meses.  

«El afecto que nos ha mostrado tanta gente durante nuestro compromiso ha sido increíblemente conmovedor, y nos ha llegado hasta lo más profundo», escribe la pareja en su primer mensaje conjunto desde que en noviembre anunciaron que se casaban tras ocho años de relación y varios de vida en común.