Ultrajante y vengativo desprecio al pueblo

Ultrajante y vengativo desprecio al pueblo

POR FABIO R. HERRERA-MINIÑO
La forma tan olímpica y vengativa, que el presidente Mejía abjuró de sus obligaciones constitucionales, en franca violación a la Constitución que juró respetar y hacer cumplir, al dejar que todos los problemas hicieran crisis y golpearan al pueblo, para que fuera el próximo gobierno peledeísta que resolviera, solo cabe en los anales de lo insólito y de como no se debe gobernar, pero tal cosa solo ocurriría aquí por el presidente tan atípico que está a once días de culminar su mandato.

Lo poco positivo que el gobierno del presidente Mejía realizó en su cuatro años de mandato, ha quedado sepultado por el acumulo de errores que adorna y envilece su administración con ribetes indelebles para la historia en donde las papeletas de Lilís han sido superadas por un gobierno bromista y vernáculo, que se une a los que hemos padecido en los pasados 160 años de vida republicana.

Por despecho, por la derrota sufrida en las elecciones pasadas que fue la demostración del castigo que la ciudadanía utilizó para repudiar la administración pepehachista de Mejía, éste decidió rehuir de sus obligaciones. Entonces, olímpicamente proclamó su deserción a sus obligaciones, pero no ha perdido su protagonismo en ofrecer declaraciones insólitas y preocupantes, como el decir que todos los sureños son cobardes, y es el caso de la crisis energética, que se la dejará al próximo gobierno, en momentos que son normales los apagones de 16 y 20 horas y hasta del día completo. Todas las actividades se han trastornado, y cada día el estado de ánimo de los ciudadanos día es más explosivo y tenso. Y si el ciudadano se ha frenado para no tomar decisiones desesperadas de rebeldía es por la proximidad del cambio de presidente. Se espera con angustiante vigilancia que muchos de los actuales funcionarios deberán responder ante la justicia para ser castigados debidamente por el maltrato a que han sometido a la población, no solo con los apagones, sino por la descarada malversación de los fondos públicos.

La crisis energética ha golpeado a todo el mundo. Y los que tienen sus propios sistemas de generación de emergencia, están sufriendo el cansancio y sobre uso de sus unidades, que por su diseño, han superado todas las expectativas de operación. A diario se observan de como esas plantas revientan por exceso de funcionamiento, ya que los dueños de las mismas están obligadas a utilizarlas para seguir ofreciendo un servicio al público, o al menos garantizar las mínimas comodidades en los hogares y no verse con neveras dañadas, o volviendo a la década de los 40 cuando cada mañana las amas de casa, o el servicio, iban a los mercados o esperaban al marchante para comprar los alimentos del día.

Para el presidente Mejía, el haber violado el juramento que hizo para respetar la Constitución y gobernar para el bien común, es letra muerta, ya que en su orgullo herido, y creerse ultrajado por la mayoría de los dominicanos, ha tenido mayor peso en sus deseos de castigarnos a todos. La forma más fácil fue la de declararse incompetente para hacerle frente a la crisis energética, donde no han valido los reclamos de todo el mundo, desde empresarios y obispos para el ciudadano común, para que recapacite y se decida hacerle frente a un problema es hechura de su administración por eludir hábilmente sus obligaciones con los generadores y distribuidores de electricidad; y es que los pagos para los primeros, que eran canalizados por la CDEEE, no llegaba a su destino habida cuenta que ésta se cobraba primero la electricidad servida por las hidroeléctricas así como el peaje de la transmisión por las líneas de alto voltaje.

Ha sido una maldad que se prefiriera abandonar y renegar de sus obligaciones presidenciales para hundir más al pueblo en la desesperación. Se pretende que éste se subleve y se impida la juramentación presidencial pacífica el próximo 16 de agosto, pero el billete se le ha pelado a las huestes pepehachistas, que de seguro estarán maquinando las nuevas bellaquerías para después de esa fecha. Pero se espera que el brazo de la justicia alcance a muchos de los que tienen la soga a rastro, no solo aquí, sino en los Estados Unidos y allí responderían de sus actos como se desprende de las declaraciones de los funcionarios del gobierno norteamericano, presionando y exigiendo que se castigue a los culpables de los latrocinios cometidos, de los cuales ellos tienen buenos expedientes.

El pueblo dominicano, con la crisis energética llevada hasta los niveles del castigo feroz, pareciera que sufre un castigo bíblico, de los que aplicaba Dios a su pueblo elegido como se desprende de las lecturas del profeta Jeremías, y que nosotros, al habernos desviado de sus designios, nos ha castigado con el gobierno del presidente Mejía y su PPH, que con sus ambiciones y deseos de venganza por la derrota sufrida, ha dejado que la crisis energética explote y nos lleve a un exterminio cívico colectivo.

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