La creación del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil permitirá que se agilicen y se hagan de manera oportuna los pagos a los suplidores del desayuno escolar.

Así lo afirmó el presidente de la Unión de Medianos y Pequeños Industriales de la Harina (Umphi), Héctor Delgado, al participar en el Encuentro Económico de HOY, acompañado de Aaron David Dinzey, vicepresidente, y Marilania Cabrera, secretaria.

Resaltó que el presidente Danilo Medina convirtiera  la Dirección General de Bienestar Estudiantil en un Instituto de Bienestar Estudiantil, con autonomía financiera.

Eso, a su juicio, pudiera agilizar los pagos del desayuno escolar  a la Umphi y a partir de este mes los pagos se harán a través del Instituto de Bienestar Estudiantil.

Las deudas del Estado por  el desayuno escolar ascienden a RD$280 millones, dijo.

Expresó que el  director del Instituto de Bienestar Estudiantil, René Jáquez, está armando su estructura y recibe información de la persona que encabezaba la dirección en el Ministerio de Educación.

“Por primera vez nos llamaron a firmar los contratos antes del desayuno. Se ve un cambio, pero tenemos deudas atrasadas”, dijo Delgado.

Criticó que a los panaderos le adeudan RD$280 millones, pero el Ministerio de  Educación les avanza a un grupo de ingenieros 2,200 millones de pesos para la construcción de escuelas, a pesar de que algunas carecen de terreno.

Consideró que el desayuno escolar es el programa social más beneficioso y barato con que cuenta el gobierno, pues diariamente se entregan 1,412,222 raciones  en toda la geografía nacional.

Recordó que la mayoría de los niños que reciben el desayuno escolar van a la escuela sin desayunar, pero una proporción de esos niños es lo único que comen durante el día.

Resaltó  el gran impacto que tiene el desayuno escolar, independientemente de que sea la alimentación ideal, sobre todo porque está dirigido a los niños.

Cree que del desayuno escolar, según un informe de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha contribuido a la asistencia escolar, porque las madres obligan a los niños a que vayan a la escuela.

Delgado entiende  que el desayuno escolar tiene que mejorar, pero que las escuelas en su mayoría no están en condiciones, ni tienen la infraestructura para preparar los alimentos.

Hasta ahora, señaló, el producto que más fácil se maneja es el sólido del desayuno escolar (pan, bizcocho y la galleta) y que nunca ha habido un estudiante intoxicado con pan.

A las escuelas que se están construyendo se les están  haciendo las instalaciones de lugar (cocina, área de lavado), y  en un futuro se podrá manejar otro tipo de alimentos,  manifestó el presidente de la Umphi.

Costo país. Existen una serie de factores que afectan al sector, como la energía eléctrica, dijo Delgado.

Expresó que en una panadería se puede colocar bombillos de bajo consumo y tener encendidas las luces necesarias, pero al final la factura  eléctrica llegará cara.

Señaló que el Estado reconoce que  solamente el 50% de la población paga la energía eléctrica y la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) le aumenta la tarifa a los que pagan, lo cual no es justo.

Cree que el gobierno debería cobrarle a un 80% de la población y si el dinero recaudada no es suficiente, entonces debe aumentarse la tarifa eléctrica.

“¿Por qué me penalizan a mí  que tengo una pequeña empresa, que estoy generando empleos?”, se preguntó el presidente de la Umphi.

Por otro lado,  Delgado dijo que en el país existen siete molinos de trigo con capacidad suficiente para abastecer el mercado nacional y suplirle a Haití.

Manifestó  que el país tiene un parque industrial con capacidad y pocos incentivos para producir, pero confía en la República Dominicana.

Mercado del pan

El mercado del pan ha cambiado porque la ama de casa  compra para una semana, lo que hace que el producto que se vende no sea tan fresco, aunque siempre hay pan caliente  en las panaderías, señala el presidente de la Unión de Medianos y Pequeños Industriales de la Harina (Umphi), Héctor Delgado.

Esa situación, dijo, ha provocado que al pan de agua se le agrega azúcar y grasa para incrementar la durabilidad.

La industrial del pan ha ido mejorando bastante  y ahora es un producto más higiénico y homogéneo y, por tanto, hay menos diferencia de una panadería a otra, señaló.

“Como el pan se hornea a 300 grados, es uno de los productos alimenticios con menos posibilidad de contaminación y bacterias”, sostuvo.

En el Gran Santo Domingo, San Cristóbal, Monte Plata y San Pedro de Macorís prevalece el pan de agua, pero en las provincias más lejanas, la gente prefiere el pan sobao. Expresó que en el país existe cultura de comprar el pan en las panaderías y en  los barrios populares se surten del pan de los colmados.