Un acuerdo logrado y miles por hacer
Un disparo en la rodilla para los
acuerdos comerciales posibles

<STRONG>Un acuerdo logrado y miles por hacer<BR></STRONG>Un disparo en la rodilla para los<BR>acuerdos comerciales posibles

Comentario Editorial
El acuerdo comercial alcanzado en el último minuto entre Estados Unidos y Corea del Sur es menos abarcador de lo que pronosticaban los participantes cuando empezaron las conversaciones. Aún así, puesto que la Casa Blanca estaba advirtiendo la semana pasada que las negociaciones “no iban bien”, el resultado es sorprendentemente sustancial. ¿Está medio lleno o medio vacío el vaso? Esa interrogante no debería distraer la atención del problema principal: esta es una forma tonta de mezclar una bebida. El acuerdo libera algo del comercio agrícola aunque no el arroz, un área intocable para Corea y promete eliminar 90% de todas las tarifas dentro de tres años. Muchas desaparecerán antes. Esto son, al menos, buenas noticias. Por eso, también, dada la distracción de la atención de los expertos de las conversaciones multilaterales, está el hecho de que este es un acuerdo entre socios comerciales serios.

Sin embargo, los beneficios a corto plazo para los clientes de EEUU y Sudcorea tienen que sopesarse contra los costos para el sistema de comercio internacional que ha servido al mundo durante décadas.

La objeción económica estrecha a este tipo de acuerdos bilaterales es que pueden ser altamente distorsionadotes, al invitar importaciones no de los productores más eficientes, sino a los de países que enfrentan las barreras comerciales más bajas al comercio. En este caso, ese daño pude estar limitado, porque EEUU y Corea del Sur ya son países productores altamente eficientes de los productos que comercian con más probabilidad. Sin embargo, eso solo enfatiza el desatino político de las conversaciones. Si Corea puede abrir algunos mercados a las exportaciones agrícolas estadounidenses, debería ser capaz de abrir esos mercados a todos. Si EEUU está dispuesto a permitir importaciones de vehículos y televisores de pantalla plana de Corea, igualmente podría permitirlos de todas partes.

Estos acuerdos, por tanto, deben trabajarse en un contexto multilateral. Desde un punto de vista puramente organizativo, los acuerdos de comercio bilateral son absurdos porque sencillamente hay demasiadas relaciones bilaterales que tomar en cuenta. Ahora, EEUU necesita negociar con China y Japón; estos tienen que negociar entre sí y con la Unión Europea. Si los países más pequeños también se involucraran, habría que firmar más de 11,000 acuerdos bilaterales. ¿Cuál es la probabilidad de un avance sensato empleando este punto de vista?

Otra preocupación es que probablemente los acuerdos bilaterales estén sesgados. Los coreanos pueden defenderse ellos mismos, pero EEUU y la UE tienen una lista de condiciones que incluyen méritos económicos cuestionables y tiene poco que ver con el comercio. Los más pequeños no podrán ser capaces de resistir acuerdos bilaterales injustos. 

Karan Bhatia, el vice-representante de Comercio de EEUU describió el acuerdo como una “inyección en el brazo real” para la agenda comercial de EEUU. Quizás, pero es un tiro en la rodilla para el sistema de comercio multilateral, que sigue siendo la única forma de acordar y hacer valer acuerdos comerciales funcionales. La reforma unilateral funciona siempre, por supuesto, pero aparte de eso, lo que realmente necesitamos es algún tipo de “Organización Mundial de Comercio”. Esta es una idea.
VERSION IVAN PEREZ CARRION

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