SANTIAGO. José Lima recibió una despedida de “corazón abierto “ayer tarde de miles de aficionados, peloteros, dirigentes políticos, familiares, amigos, y sobre todo la gran afición beisbolera del país.

Los artistas, liderados por el Torito Héctor Acosta, el orfeón de Santiago, coros de niños, y la manifestación continua  de la música tocada y cantada por el jugador fallecido  dieron ribetes de espectacularidad  al acto fúnebre.

Cuando el féretro entró al Estadio Cibao, lugar de las grandes proezas de Lima, los asistentes que llenaron las graderías del parque se pusieron de pie y dieron un prolongado aplauso mientras gritaban Lima, Lima, Lima.

Por los altos parlantes se dejó simultáneamente escuchar la canción de La Alegría  y entonces fue difícil seguir sus letras cuando decía “Si es que no encuentras la paz aquí en la tierra/búscala hermano más allá de las estrellas/ ven canta, sueña cantando/ vive soñando el nuevo sol/ en que los hombres volverán a ser hermanos.

La melancolía se apoderaba  de las gentes, sus corazones se abrían  y las lágrimas escapaban rauda de los ojos, como queriendo no mirar  la partida de un ser tan especial como el Mambo Lima.

Sus compañeros en las Águilas, rivales de otros equipos vinieron a despedirlo, pero hacerlo fue muy difícil para dos hombres: Miguel Diloné y Luis Polonia.

Ellos hablaron a  dúo con vos entrecortadas, Miguel y llorando profusamente, Polonia  sobre la gran perdida que representa para el béisbol  y para todos en el equipo  José Lima.

Hablaron de cómo  juntos a vieron nacer y florecer la a José en medio de la  mística aguilucha, esa que llevó a las Águilas a ser el primer equipo con 20 coronas.

Para Guelo Diloné, considerado el más excitante jugador de la pelota criolla: “Lima fue como un hijo, yo fui su manager cuando llegó al equipo, y el siempre me consideró su mentor, era muy difícil no sentir simpatía por un jugador con tanto amor por el juego y con tanto deseo de competir, su partida nos quita  a uno de los mejores en el espectáculo del juego de pelota”.

Polonia se negaba a hablar y sus ojos estaban bañados en lágrimas. Las palabras no salían de los labios del locuaz  jugador, líder en hits de la pelota criolla: “Perdonen mi dolor, las palabras no me salen porque es inmenso lo que en este momento estoy sintiendo por Lima”.

Además estuvieron presentes Moisés Alou, que habló en representación de los Leones del Escogido, destacando la gran calidad humana  y lo buen amigo que era Lima, con quien compartió equipo en Las Águilas y con los Astros de Houston.

Otros jugadores presentes y ex jugadores presentes  fueron Julián Tavarez, Bartolo Colón, José Mesa, Raúl Mondesí, Alberto Castillo, Santiago Ramírez, Bernie Castro, Neifi Pérez, Nelson Silverio, Samuel Mejía, Adriano Rodríguez, Danny Bautista, Alex Taveras, José García.

La niñez  y los artistas.  Un grupo de niños cuyas camisetas tenían la inscripción “Yo amo a Lima”  formó un corazón con rosas rojas., mientras que el orfeón  de Santiago interpretó varias canciones religiosas, mientras que Héctor Acosta cantó “Paz en la tormenta”.

Fue difícil organizar el cruce de todos frente al  féretro, la larga fila se extendió por horas, mientras se desarrollaba  el acto protocolar  que comenzó con el discurso del Ministro de Deportes, Felipe Payano, quien a nombre del gobierno dominicano dio el pésame a sus familiares y a la afición

Hipólito  Mejía.  El ex presidente Hipólito Mejía se presentó sorpresivamente al sepelio y declaró que recuerda a Lima como un amigo, un gran competidor, y un hombre inquieto… “Así como yo”.

Lo mercadearon.  La increíble habilidad de los piratas, artesanos y vendedores ambulantes  se puso de manifiesto en la parte frontal del Estadio Cibao.

Una cuadrilla de hombres ofertaba llaveros con la cara de Lima.

También se vendía un CD de canciones cantadas por Lima,  Gorras, y Camisetas con el número usado por el pelotero de las Aguilas Cibaeñas.