Un adiós a Rafael Kasse Acta

Un adiós a Rafael Kasse Acta

SONIA VARGAS
Hombre como Don Rafael, muere solo su cuerpo, porque estos siempre lo llevaremos en nuestras almas, la dimensión humana de este honorable ser humano sobrepasa lo infinito, de condiciones morales incuestionable, con un corazón lleno de amor y solidaridad para todo aquel que lo necesitaba, con una respuesta para cada cosa con una solución para todo.

Cuando compartía con sus amigos en el parque Colón, me comentan que siempre se detenía a comprarle a su compañera y esposa Doña Flor un quesillo y el decía que a ella le encantaba ese postre. Siempre pensaba en ella como su nombre lo dice como su más bella Flor. Pensaba en todos y se preocupaba por todos.

Cuando comencé a publicar mis artículos, recuerdo que mis primeros pasos lo consulte con el, en ocasiones los leyó antes de que fueran publicados, y siempre con ese gesto que lo acompañaba de caballerosidad, amabilidad, y conocimientos, me hacia entenderle esa manera sutil que lo caracterizaba, que cada día había que mejorar, porque lo escrito quedaba para siempre, en una ocasión me presto, su colección de artículos para que los leyera, un hombre tan solidario, y preocupado por las cosas que le rodeaban, en varias ocasiones me comentaba mis publicaciones y siempre me daba su opinión para que cada artículo superara él  próximo.

Hemos perdido un gran hombre, las personas que más tiempo estuvieron con el lo recuerdan, como un monumento a la dignidad. En el cementerio cuando el doctor Euclides Gutiérrez Félix, dijo esas palabras había que estar presente, para sentir como salieron de lo más profundo de su alma, con un original sentimiento de amor, respeto y honor de haber estado al lado de Rafael como el dijo. Que privilegio estuvieron los que pertenecieron a esta generación.

Se fue nuestro compañero y amigo su cuerpo no esta aquí pero nos queda todo lo que aporto a la sociedad, al partido, y al país cuanto me alegro de haber tenido el privilegio de conocer a un ser humano de esa dimensión, que orgullosa estoy de haber tenido el privilegio de compartir con usted antes de irse a ese eterno sueño, de haberlo tratado y recibir ese gran gesto de solidaridad y atención, era indiscutiblemente todo un caballero, uno de los acontecimientos más importantes en mi vida es haber tenido el privilegio de conocerle, no me basta haberle puesto una rosa amarilla encima de su féretro, ni derramar lágrimas, no lo recordaré por una rosa ni una lágrima si no por sus actos de vida, para mi usted seguirá vivo.

Los seres humanos caminamos por la vida, entre fatigas y amores, entre amigos y contrincantes, siguiendo la marcha colectiva hacia la conquista del éxito, de la seguridad, de la independencia y de la satisfacción; pero, de pronto, rasgan el aire las notas sutiles de las flautas de la muerte y lo imposible se convierte en realidad, una persona amada se desploma junto a nosotros, y nuestro amor, nuestros cuidados y nuestras ciencia se demuestran impotentes. Procuramos darnos ánimo y emprendemos de nuevo la carrera, nos aturdimos con nuevos, ideales e ilusiones, pero una angustia secreta nos muerde el alma y temblamos ante la eventualidad de que cualquier día se levante otra vez el son de las flautas plañideras, sin saber por quién será en esa ocasión. Sólo el amor descubre la crueldad de la muerte.

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