Las medidas recién adoptadas por la Suprema Corte de Justicia para hacer más efectivos los derechos de las personas y darle más fuerza a las decisiones de los jueces, como única instancia con autoridad para ordena un arresto, de seguro que van a provocar serios conflictos. A los ciudadanos comunes y corrientes nos corresponde no ser indiferentes y hacerle frente a quienes pretenden continuar viviendo por encima de las leyes, amparados en un poder que no les toca.

Sobre el tapete hay uno de esos casos, cuyo resultado, cual que sea, revestirá características trascendentales. Se trata de que el juez de la Tercera Sala Penal ordenó la comparecencia en el tribunal de un reo, pero el director de Control de Drogas un mayor general del Ejército se niega a cumplir la orden del juez, alegando que los presos que guardan prisión en la sede de su organismo están sometidos a otro procedimiento.

El asunto es importante, porque de aceptarse la rebeldía del militar ante una decisión judicial, se sentaría un precedente perturbador que daría al traste con las medidas tomadas por la Suprema Corte de Justicia y nos conduciría directamente a la quiebra de la institucionalidad y al descrédito del Poder Judicial.

Si, por el contrario, la ley se aplica como lo establece la Suprema Corte, que es la instancia llamada constitucionalmente a interpretar las normas jurídicas, habremos reafirmado un gran paso hacia el fortalecimiento del Estado de Derecho que todos anhelamos.

Que no se pierda esta oportunidad para reafirmar el ordenamiento jurídico de nuestro país. El caso citado más arriba nos permitirá saber si de verdad estamos avanzando, o si por el contrario permanecemos en el bla bla bla, donde al final se siguen desconociendo los derechos y los grandes jefesotes continúan haciendo lo que les da la gana.