Un año bajo lluvia
469 personas han muerto en Colombia por las lluvias

<STRONG>Un año bajo lluvia<BR></STRONG>469 personas han muerto en Colombia por las lluvias

VIVIAN SEQUERA LENGUAZAQUE, AP
Colombia

Con un sombrero redondo de paja que cubre su cabeza, Horacio Barboza mira desde una pequeña colina cómo medio centenar de policías, soldados y obreros trabajan como hormigas en medio de un pantanal, cargando sobre sus hombros sacos de tierra que llevan hasta un paso del río.   El grupo intentaba cerrar un boquete de unos siete metros en un pequeño muro de contención que el río abrió con la fuerza de sus aguas hace más de dos semanas en esta localidad del centro colombiano.  

Fue la segunda vez en menos de un mes que el Lenguazaque –un riachuelo que cruza varias poblaciones y fincas, como la de Barboza– se desborda debido a devastadores aguaceros e inunda todo a su paso, dejando los pastizales como si fueran pequeños lagos.   “Nunca nos había sucedido (una inundación) de esta magnitud tan espantosa”, dijo Barboza, de 67 años, con un rictus de tristeza en el rostro. 

 Pasó a formar parte de devastadoras estadísticas oficiales sobre daños causados por lluvias que no han cesado desde el segundo trimestre de 2010.   Los meteorólogos describen como el Fenómeno de La Niña más intenso que haya experimentado el país en más de cuatro décadas: al menos 2.2 millones de damnificados, un millón de hectáreas inundadas y más de 400,000 viviendas afectadas total o parcialmente.   También se han visto enlutadas centenares de familias: 464 muertos y 566 heridos desde abril de 2010, según la Dirección Nacional de Atención y Prevención de Desastres.   Más de 900 de los 1,102 municipios del país han sido afectados por lluvias e inundaciones.   La tragedia obligó al gobierno de Juan Manuel Santos a cambiar sus planes y prioridades. Emitió un decreto en diciembre de 2010 que ordenó tributar 1% sobre patrimonio líquido anual superior o igual a los 1,000 millones de pesos (unos 550,000 dólares).

Puede ser pagado en ocho cuotas en cuatro años. El decreto existía desde 2007 pero se aplicaba el impuesto a patrimonios superiores a 1,6 millones de dólares.   “Es que esto (los efectos de las lluvias) ya es anormal y supera la posibilidad que tiene el gobierno de atender tantas dificultades y tantas calamidades”, dijo el director de ingresos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), Camilo Rodríguez.   Con la decisión el número de contribuyentes subió de 9,300 a 51,179, según la DIAN. 

El gobierno espera recaudar el equivalente a unos 6.100 millones dólares adicionales en los próximos cuatro años. La mitad de ese dinero se destinará a reparaciones y nuevas construcciones.   El gobierno ha dicho que tiene actualmente unos 4,5 billones de pesos (unos 2,500 millones de dólares) disponibles para atender la emergencia invernal: construir albergues y carreteras y entregar ayudas como comida y colchones a los damnificados.

Ricardo Lozano, director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), dijo que tradicionalmente en Colombia se presentan dos temporadas de lluvias: una de fines de marzo hasta finales de junio y la otra desde septiembre hasta mediados de diciembre.

Dijo que La Niña multiplicó por cinco o seis la cantidad de lluvia que cayó en un período considerado “seco”.  

Enfundado en botas plásticas negras hasta la rodilla, jeans y camisa de cuadros azules salpicados de barro, Barboza se comunica por un celular con las autoridades de la alcaldía que han prometido ayudar a los productores lecheros de la zona y lo hacen de momento con lo más urgente: dos máquinas que remueven barro a la entrada de las fincas y voluntarios cargan sacos y troncos de madera que refuercen el muro de contención entre el río y un sector de la finca de Barboza.

En su finca de 120 hectáreas, todas inundadas, Barboza producía unos 7,000 litros de leche al día. Con el invierno apenas llega a los 2,000 litros con la amenaza de que sus vacas se enfermen por tener los cascos en el agua y se “estresen”.

Las vacas, dijo, suelen echarse a descansar en el pasto y “hay que ordeñarlas dos veces al día llueve, truene o relampaguee”, porque si no sus ubres se enferman, aseguró.   “Se demorará un año para restablecer las praderas” donde vive el ganado, expresó José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos.   Agregó que en todo el país han muerto desde 2010 y hasta mayo último 160,900 reses, de un rebaño nacional de unas 25 millones de cabezas. “Y estas son cifras preliminares porque todos los días tienes un desastre peor”, dijo.  Las fuertes lluvias que afectan a Colombia desde abril de 2010 han dejado 469 muertos y más de 3.6 millones de afectados, informó el gobierno. 

Casas devoradas por aguaceros

Otros poblados como Gramalote, en el departamento Norte de Santander a unos 388 kilómetros al noreste de Bogotá, vio la noche del 16 de diciembre de 2010 cómo sus suelos saturados de agua cedían y las casas se iban hundiendo, junto con la sede de la alcaldía, la escuela municipal y otros edificios.   La mitad de sus 6,500 habitantes que residían en su casco urbano debieron ser evacuados, según la alcaldesa encargada de Gramalote, Rosa Escalante. Ahora esperan ser reubicados. 

La mayoría de las 1.355 familias que debieron dejar sus residencias y están viviendo con parientes y amigos en otros pueblos o rentaron nuevas casas en localidades cercanas. Reciben mensualmente del gobierno un subsidio de 200,000 pesos (unos 110 dólares).   Por el invierno la economía creció 4,3% de un 4,5% proyectado, dijo Hernando José Gómez, jefe de la Dirección Nacional de Planeación.   “Fuimos responsables al decir: ’necesitamos más plata, pues más impuestos”’, dice Gómez al explicar que se evitó recurrir a masivos endeudamientos externos o dejar de atender la emergencia alegando escasez de recursos.   Otro plan que debió ajustarse fue una ambiciosa iniciativa de vender 10% de las acciones de la estatal petrolera Ecopetrol y que requiere de un proyecto de ley que todavía no se presenta al Congreso.

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