Un año escolar que inicia solo en apariencia

Un año escolar que inicia solo en apariencia

Las visitas a centros educativos en agosto de años anteriores muestran que la imposición de la fecha de inicio del año escolar no responde a una lectura del contexto. Todos los años sucede que la mayoría de los centros educativos públicos para la fecha no cuentan con las condiciones físicas, sociales, académicas y de clima-ambiente para ello. Hay que recordar las condiciones climáticas del mes de agosto con unos centros educativos públicos sin abanicos ni energía eléctrica.

Esta situación se agrava en este año escolar 2010-2011 con el establecimiento de un nuevo currículo.

En el sistema educativo dominicano se han producido distintos momentos de cambios del currículo educativo. Uno de los procesos de mayor impacto fue el Plan Decenal de Educación en la década de los 90. Ese proceso de transformación curricular se sustentó en la consulta a todos los actores educativos.

Lamentablemente la aplicación de este currículo estuvo bañada de muchas deficiencias, estudios y evaluaciones realizadas en los distintos niveles así lo muestran (ver FLACSO, 2000) y enfatizan en la ausencia de una real aplicación del mismo en su enfoque constructivista y sus contenidos.

El sistema educativo dominicano acaba de elaborar recientemente un nuevo currículo. Este proceso no contó con la participación de los actores educativos. Docentes, técnicos y directores/as de centros en el sector público y privado muestran desconocimiento y desorientación sobre el mismo. Muchos directores y docentes no han planificado aún el nuevo año escolar que inicia el próximo 17 de agosto “hace unos días que nos dieron unos talleres de tres días para conocer el nuevo currículo y nos piden que planifiquemos el año escolar para iniciar la semana que viene, cómo?”.

En los centros educativos  públicos y privados prima incertidumbre sobre los procesos educativos a desarrollar en el aula. Los liceos y escuelas iniciarán el año escolar sin libros de textos (que aún no se han elaborado según el nuevo currículo) recursos didácticos esenciales para la aplicación de este “nuevo currículo”. Con la entrega de laptops a directores/as de centros se ha querido ocultar la gravedad del asunto.

Un año escolar que inicia en estas condiciones no garantiza una plataforma para el mejoramiento de la calidad de la educación. Es obvio que iniciar el año escolar sin claridad en los actores educativos de “lo que se va a enseñar” y “cómo”, empeorará estas condiciones.

Definitivamente este proceso muestra una precaria institucionalidad, democracia y descentralización del sistema, agravándose así la inequidad y exclusión en la educación que  debe ser el pilar en la creación de libertades y oportunidades de cara al desarrollo humano.

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