Tras comprometerse públicamente a colaborar con la buena marcha del año lectivo, y complacido con la designación del nuevo ministro de Educación, Ángel Hernández, el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores, Eduardo Hidalgo, ha descrito como en condición deplorable la infraestructura escolar que debió ser puesta en orden durante la pausa de verano. Evaluación de lugar por quienes impartirán las clases.
Como gestión la entrante disponía de poco tiempo para aplicar mantenimientos, adquirir útiles incluyendo textos económicos para la masa estudiantil y una rápida habilitación de espacios que al menos paliara el déficit astronómico de aulas y hasta de maestros, cuya preparación debe ser permanente, para el 52% de los planteles.
Puede leer: Un censo para conocer a cabalidad la realidad nacional
El bono de 500 dólares por cada alumno excluido de escuelas públicas que pueda ingresar, así de repente, a colegios privados no funcionaría como solución por falta de precedentes y logística.
Y porque el Ministerio fue incapaz incluso de desarrollar con sentido de oportunidad y cíclico compromiso de su razón de ser la misión de colocar a las escuelas en condiciones satisfactorias y funcionales.
Fallas institucionales inexcusables y desconectadas de lo que fue el relevo exprés en la dirección de la cartera, una heredad que a pesar de la abundancia de recursos por su principalía presupuestal no ha sido puesta a la altura de las urgencias del país que demanda mejores servicios educativos.