Un año lleno de incertidumbres y cuestionamientos

Un año lleno de incertidumbres y cuestionamientos

Teófilo Quico Tabar

Parece que hace mucho, pero fue tan solo el año pasado que se celebraron elecciones generales y se instaló el nuevo gobierno del PLD y Danilo Medina. Y luce que hace más tiempo, porque al desencadenarse situaciones de magnitud inconmensurable, provocaron cuestionamientos en una parte importante de la sociedad, que han mantenido en incertidumbre, principalmente al gobierno, pero sin dejar incólume una parte de los propios partidos. Lo que se refleja en casi toda la sociedad.
Desde el primer día de gobierno, fueron notorios los esfuerzos dentro del peledeísmo de buscar identificaciones propias, tratando de reflejar que si bien estaban juntos, no andaban reburujados.
Hubo muestras evidentes tratando de presentar, ante los ojos de la ciudadanía, que había deferencias de estilos y contenidos. Que habían: peledeístas y peledeístas. Y sin darse cuenta, eso sirvió de caldo de cultivo a disgustos, de los que, por muchas razones, no estaban conformes con los resultados electorales, no solo presidenciales, sino congresuales y municipales.
Danilo, a pesar de que luce en extremo parsimonioso y no dado a inmutarse fácilmente, sino a continuar su ritmo acostumbrado, no se puede esconder o negar, que este primer año no le ha sido fácil. Cuestionamientos, protestas y marchas que, aunque no provoquen daños mayores, preocupan.
Sin lugar a dudas, le hubiese gustado otro ambiente para desarrollar sus tareas en este primer año de su segundo periodo de gobierno; pero, independientemente de las razones y circunstancias, que como bombas preparadas fuera, pero enviadas aquí para que explotaran en los pies de los propios actores, han provocado situaciones que, a pesar de la ecuanimidad exhibida por el gobierno, le han impactado. Y eso, seguramente los hará cambiar de tácticas y estrategias.
La oposición partidaria, igualmente ha estado en este trecho de un año, en medio de cuestionamientos e incertidumbres. No le han dedicado tiempo suficiente a sus tareas propias. Pasaron las elecciones y algunos lucen que todavía no se han dado cuenta. Han participado de manera activa en marchas y protestas, que son meritorias y tienen un alto grado de responsabilidad frente a sectores de la sociedad, pero las militancias lucen desconcertadas.
Necesitan que sus líderes les pongan atención, les tracen pautas y realicen actividades que les beneficien a sus organizaciones.
Porque los partidos no pueden dejar de lado a sus miembros y militantes. Y si los dirigentes solo les dedican tiempo a tareas que no necesariamente responden a los intereses de sus militantes, éstos tienden a buscar otros espacios. Porque la nueva realidad partidaria es, que trabajan, luchan, se esfuerzan, pero para que se les tenga en cuenta. No les gusta atajar para que otros enlacen.
Pero a partir de ahora se podrían dar situaciones a la inversa. La oposición, que desde las elecciones ha caminado de manos de los demás grupos, podría soltarse y comenzar a atender sus propios cartones; y el gobierno, que andaba cada grupo por su lado, al entender que cuando las piedras caen no se sabe a quién afectará, se agarren de las manos.

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