El empresario del transporte Blas Peralta fue enviado a prisión preventiva por un año, como medida de coerción por la muerte del exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y aspirante a senador de la provincia de San Cristóbal Mateo Aquino Febrillet.
El juez José Alejandro Vargas también impuso la misma medida al coronel retirado Rafael Herrera Peña, por intentar desaparecer evidencia, y a Gerardo Félix Batista y Franklin Vanegas por complicidad.
La prisión deberá ser cumplida en la cárcel de La Romana, como pidió el Ministerio Público.
El exrector Aquino Febrillet fue muerto a tiros el pasado viernes, luego de salir de una reunión con los candidatos a diputados por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), en la que los aspirantes Peralta y Eduar Montás tuvieron un enfrentamiento.
La Fiscalía ha señalado a Peralta como autor del crimen. Su vehículo aparece en un video persiguiendo otro en el que se desplazaba Aquino Febrillet junto a Montás y su asistente, Elaine Mañaná, quien resultó herida en un pie.
Montás y Mañaná han declarado que vieron a Peralta con un arma apuntando al vehículo en el que se desplazaban.
El juez valoró las pruebas presentadas por la Fiscalía, el informe pericial que delata que el proyectil que terminó con la vida del exrector coincide con las características del arma que este tenía asignada. Además de la transcripción de las llamadas con Herrera que mostraron la trama para eliminar evidencia.
En cuanto a Herrera no le retuvo la acusación de complicidad en el asesinato, porque no la hubo, sino el intento de este para que Peralta se fugara, además de querer destruir pruebas.
Dijo que precisamente por el conocimiento que tiene alguien que duró cerca de 20 años en la Policía, podría utilizarlos para dañar la investigación.
Sobre Gerardo Félix, de quien la defensa argumentó su única vinculación era ser dueño del vehículo en el que se dio la persecución, el juez refirió la conversación del teléfono intervenido evidenció que este sabía que había una situación de conflicto.
A Vanegas, el chófer de la jeepeta que intercepta y de donde se habría hecho los disparos, Vargas consideró que sin su participación el asesinato de Aquino Febrillet no hubiera sido posible.
No pagará muerto de nadie. Pese a las pruebas, Peralta dice que luchará junto a la justicia para que el verdadero culpable de ese horrendo crimen pague y reiteró que no va a pagar por muerto de nadie.
“Aquel que la cometió tiene que pagar por sus hechos, porque yo no voy a pagar por hechos que otro haya hecho”, dijo Peralta.
En audiencia aseguró que ha sentido bastante la muerte de Aquino Febrillet, de quien dice era su amigo y consejero, su candidato a senador y quien lo motivó a ir por una diputación.
La defensa de los imputados solicitó al juez declarar como nulas todas las pruebas que fueron ventiladas en los medios de comunicación, lo que el juez Vargas rechazó.
Víctimas temen. La fiscal Yeni Berenice Reynoso, que lleva el caso, aseguró que en sus 14 años de carrera es la primera vez que ve a unas víctimas tan atemorizadas.
Dijo que la única razón por la que Blas cometió el crimen en plena calle, sabiendo que habían cámaras de seguridad, es porque se sentía que tenía inmunidad y que podía valerse de sus artimañas para librarse de este caso.
Intentó traer a colación el caso del 2009, cuando Peralta se vio involucrado en la muerte de una persona y fue su espaldero quien salió condenado, pero la defensa no lo permitió.
Estado, el gran cómplice. Al motivar la sentencia, el juez Vargas aseguró que es el Estado el gran culpable, pues hay acontecimientos que se dan producto de la permisividad con ciertos sectores, como los sindicalistas del transporte.
“Y llega un momento en que los protagonistas de esos sectores se creen con tanto poder que piensan que la mano de la justicia no los va alcanzar, reflexionó el magistrado.