Un año que vino y otro que se fue

Un año que vino y otro que se fue

Teófilo Quico Tabar

Como una tradición, muy bonita por cierto, cada año escuchamos por radio, televisión, y ahora por medios digitales, diferentes canciones alusivas a las navidades y al año nuevo. Pero hay una que popularizaron, el trío Vegabajeño de Puerto Rico, el dominicano Billo Frómeta, y luego muchas otras orquestas, que se conoce como Cantares de Navidad. Cuyo estribillo más conocido dice: Un año que viene y otro que se va.
Y así ocurre siempre. Se va un año y comienza el otro. Buenos logros, y/o deseos no alcanzados en el que se fue, pero con la esperanza de que el entrante, como el presente 2019, sea tan bueno como cada quien desea que suceda para sí, los suyos o los demás.
Muchos le piden a Dios para que las cosas que consideran pendientes o necesarias se puedan alcanzar en el presente. Otros que solo creen en el destino esperan que el destino habrá de brindárselo.
Lo importante es que haya esperanza. Que cada quien, según su forma de pensar, mantenga el entusiasmo por lograr lo que entiende que le conviene o necesita. Que luche por dichos objetivos. Pero que esa lucha por obtener lo que anhela, no interfiera negativamente en lo que anhelan los demás.
Que no sea motivo de mal para otros. Porque a veces, el afán por lograr cosas, no exclusivamente materiales, toca los linderos del prójimo. Y entonces, esos anhelos y deseos se convierte en perjuicio para otros. Olvidando que al prójimo hay que amarlo como a sí mismo.
Ojala eso lo practiquemos todos y en todas las actividades. No importa si es en materia política, gubernamental, social, educativa, empresarial, comercial, informativa o sindical. Para que reine el respeto mutuo. Que lo que cada quien busque, no afecte a los demás.
Que a pesar de las dificultades y problemas de diferente índole que sufrimos o padecemos, seamos positivos. Que, sobre todo el gobierno y las autoridades, sean más generosos, prudentes, sensatos y estrictos en el cumplimiento de sus obligaciones.
Que haya un manejo de la cosa pública más correcto, transparente y diáfano. Que la gente, de todas las edades y forma de pensamiento, puedan tener confianza en que quienes tienen el deber de llevar a cabo las políticas públicas, hacen el esfuerzo por mejorar. Pero mejorar para el bien colectivo.
En materia política y partidaria, que durante este año se calentará, porque los plazos legales así lo determinan, transcurra sin grandes traumas. Que se apliquen las normas internas de manera democrática. Y que haya respeto mutuo. Que se mantenga el dictamen divino de amar al prójimo como a sí mismos. Teniendo presente que el prójimo no son solo los amigos, cachanchanes o allegados, sino también los adversarios.
Y aunque no exactamente como dice Cantares Navideños, un año que viene y otro que se va, sino ya, un año que vino y otro que se fue, que su comienzo y su final sean como todos decimos desear. Pleno de fraternidad, salud, amor y paz. Un año feliz para todos.

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