Un aporte a la erradicación del trabajo infantil

<p>Un aporte a la erradicación del trabajo infantil</p>

A “Muchachas  y Muchachos con Don Bosco” entran cada año entre 100 y 150 niños trabajadores, en busca de mejor calidad de vida. Más del 70% de estos completan su educación y se capacitan en diversas áreas, convirtiéndose, posteriormente, en entes productivos para la sociedad

POR MIRFAK ROWLAND

Sin haber alcanzado siquiera la adolescencia, Anibelkis Mateo ya  tenía que asumir la responsabilidad de llevar ingresos al hogar, pues con apenas 9 años de edad, vendía palomitas de maíz en el barrio La Ciénaga para ayudar a sostener la precaria situación económica que aquejaba a su familia.

Su escuela era la calle y su espejo la pobreza. La pequeña Anibelkis miraba la vida con ojos de un adulto prematuro sin imaginarse que algún día su futuro incierto se convertiría en un presente de dicha y progreso.

En la actualidad, la joven con 25 años, es una mujer casada y madre de dos niños, y labora en el departamento de Relaciones Públicas de la Oficina Principal de la institución que le proporcionó las herramientas para capacitarse en áreas como las manualidades, tejido y demás cursos técnicos realizados en CENTU.

“Muchachos y Muchachas con Don Bosco” apareció  justo a tiempo,  para devolverle la niñez perdida, y con su apoyo incondicional e inesperado, la transformó en lo que es hoy, una joven preparada, con otras inquietudes y que ve su vida con otros ojos.

 La entidad, con 21 años de fundación,  se constituye como una red de proyectos que esta extendida en todo el país en 60 locales, albergando a 400 niños, niñas y adolescentes en situaciones de precariedad con la finalidad de ofrecerles una serie de propuestas en diferentes campos que le permitan un desarrollo armónico y de calidad, en vista de que tengan una vida más digna.

 Como parte de su valiosa labor, esta institución ha querido presentar a la sociedad su nuevo plan de trabajo, que contempla acciones que permitan garantizar una mejor calidad de vida a aquellos niños rescatados de la delincuencia, el hambre y la drogadicción.

El padre Juan Linares, director del proyecto y quien se ha dedicado en cuerpo y alma al mismo, destacó como planes para el 2007,  la implementación de un programa de capacitación laboral que permita la captación de los jóvenes que allí se preperan para ocupar puestos en diferentes empresas e instituciones.

“Hemos iniciado los programas de capacitación laboral, porque creemos que el trabajo  es fundamental para que estos jóvenes puedan ganarse la vida, y por lo tanto, puedan darle respuesta a sus necesidades y la de su familia.

Por esta razón, hemos establecido procesos de orientación y capacitación laboral, formación en talleres y finalmente, la empleabilidad, porque no nos sirve de nada que estos muchachos se capaciten si no tienen trabajo.

Para eso, hemos creado un “Centro de Intermediación de Empleos” con una base de datos en donde tenemos registrados a todos nuestros muchachos aptos para trabajar, con el objetivo de ponerlos en contacto con empresas, con el gobierno y con instituciones que puedan ofrecerles oportunidades de empleo”.

El religioso hizo un llamado  al sector empresarial “para que sepan que en Muchachos y Muchachas con Don Bosco existen jóvenes capacitados para ocupar diversas funciones en el mundo laboral”.

Otro de los propósitos de la entidad  es llegar a las familias de estos muchachos ya que, como bien dice:  “el progreso de un niño no se puede concebir sin el progreso de su familia”.

“En la actualidad, estamos capacitando 1,300 mujeres en áreas como  cuidado de niños y ancianos, camareras de piso,  belleza, costura, cocina y floristería, con el firme propósito de erradicar el trabajo infantil, porque queremos lograr que sean las madres que lleven al hogar los ingresos que llevan los hijos, para liberar al segundo y que pueda ir a la escuela, como un niño normal”.

La institución ha implementado además un programa basado en la educación en los Derechos Humanos. Porque, según el Padre Linares,  “no hay que preocuparse de los Derechos Humanos sólo cuando son violados, sino también que hay que cultivarlos, para que todo el mundo sepa que los niños tienen sus derechos”. La institución también ha abierto tres nuevos centros, dos en la Capital y uno en Santiago de los Caballeros.

En cuanto al proceso de captación de los futuros adultos para que se integren al proyecto, el religioso indicó que se fundamenta  en la búsqueda de estos en las calles y avenidas del país, ya que, según sus propias palabras, “los niños son un tesoro que hay que descubrir”.

 “Buscamos a los jóvenes en las calles, en donde se desempeñan en diversos oficios como limpiabotas, limpiadores de vidrios, vendiendo periódicos y demás. Posteriormente, los invitamos a unirse a nuestros programas, luego de conocerlos e involucrarnos con sus familiares.

Si después de todo esto, el niño acepta voluntariamente a pertenecer al proyecto, se le acoge y se le integra en los programas que tenemos, en los cuales son involucrados de acuerdo a sus intereses y a su potencial”, concluyó Linares.

ObstÁculos en el camino

Según el Padre Linares, uno de los grandes obstáculos que limita el pleno desarrollo de los programas es la falta de recursos para sustentarlos, ya que “Muchachos y Muchachas con Don Bosco” necesita RD$150 millones  anualmente para poder subsidiar el costo operacional, de los cuales sólo recibe ocho millones del Gobierno dominicano.

 “Actualmente estamos luchando con el Gobierno para que nos aumenten el presupuesto, pues lo que recibimos no es suficiente para costear los gastos de personal, de maquinarias y de desarrollo de  programas”.

La entidad recibe ayuda del Gobierno italiano y de instituciones locales como el grupo Centro Cuesta Nacional (CCN). Gracias a estos aportes, pueden llevar a cabo su labor, aunque no como quisieran. “La problemática nuestra es que si el Gobierno no nos da seguridad en cuanto al  aumento en el presupuesto, no  podemos  desarrollar a cabalidad  nuevos proyectos”, explicó.

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