Un aporte importante para la creación de la conciencia cívica

Un aporte importante para la creación de la conciencia cívica

Teófilo Quico Tabar

Al referirme la semana pasada a deficiencias conductuales que se manifiestan negativamente en determinados segmentos de la sociedad, lo cual tiene su origen en la ausencia de conocimientos cívicos o deficiencia en la enseñanza hogareña, cabe resaltar el gran interés que sobre este tema tienen importantes sectores del país. Pero ese interés no se queda en la mera contemplación, sino que, preocupados por contribuir a la corrección de esas deficiencias, han tomado decisiones importantes para ayudar de algún modo a llenar vacíos que desde años se han arrastrado.

No debemos pasar por alto que junto al crecimiento que se ha producido en diversos países, sin la debida atención en los aspectos conductuales, también han crecido otras manifestaciones de conductas no correctas que con el paso del tiempo se han ido acumulando. Por tal razón, en el presente se requiere mayor atención. Porque de lo contrario, si el crecimiento no se logra de manera global y equilibrado, se crean desequilibrios conductuales que dan paso al surgimiento de monstruos anti sociales.

Puede leer: Las deficiencias conductuales tienen su origen en el hogar

Por años hemos venido escribiendo acerca de la necesidad de afianzar la educación cívica, entendiéndola como el conjunto de ideas, actitudes y hábitos que corresponden al buen ciudadano como un activo consciente del pueblo. Destacando la preocupación por el bien común, los actos individuales, la lealtad a la patria y a sus instituciones, al espíritu democrático y el respeto ciudadano. Estas enseñanzas también deben incluir la obediencia a las leyes justas, interés y dedicación a la cosa pública y generosidad hacia los ciudadanos.

Ese conjunto de ideas, sentimientos, actitudes y hábitos se ha definido como espíritu público. Pero sea civismo o espíritu público, son afirmaciones del sentido social, porque de alguna manera suponen cierto número de actitudes que proceden de la justicia social, la magnanimidad y la caridad.

Independientemente de aportes que se realizan en distintos núcleos sociales, tanto oficiales como privados en este aspecto, quiero resaltar el interés y decisión voluntario de una generación de exalumnos del colegio De La Salle que se denominan Promoción 65, en la cual le han dado gentilmente cabida a otras personas de mayor edad o que pertenecieron a promociones anteriores. Esta iniciativa, en la cual colaboran, además, importantes intelectuales del país, se le está dando toques finales y se presentará como una especie de Manual o Cartilla de Moral y Cívica de forma sencilla y comprensiva, para ser distribuida y compartida por personas de cualquier edad o nivel.

Los promotores de esta iniciativa bajo ninguna circunstancia pretenden competir con ningún sector en lo que se refiere a la educación escolar pública o privada. Su interés es brindar una herramienta más para que los que lo consideren apropiado puedan aplicarlo como enseñanza o como lectura libre en los centros escolares y sobre todo creando mecanismos para que llegue a los ciudadanos y hogares por diferentes vías.

Esto es importante, porque para que ese conjunto de ideas, actitudes y hábitos se convierta en un gran edificio nacional en la creación de conciencia civilizada, se hace necesario convertirlo en responsabilidad numero uno de todos los dominicanos. Porque solo ese gran edificio de conciencia y responsabilidad ciudadana, será capaz de soportar todo el peso de los deseos y aspiraciones presentes y futuras. De nuestros hijos y nietos.

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