Un artista en busca del «alma de la naturaleza»

Un artista en busca del «alma de la naturaleza»

POR FÁTIMA ALVAREZ
«Si la fotografía de especies le presentaba a Fernández el reto de interactuar con seres vivos…, su evolución hacia la captura de escenarios no ha sido menos difícil y se ha encontrado dependiendo de los caprichos de lluvias y brumas, persiguiendo la luz o esperándola en noches interminables».

Pedro Genaro Rodríguez, crítico de la obra de Eladio Fernández.

Eladio Fernández pertenece a un tipo de artista del lente no muy frecuente dentro de la fotografía artística. Iniciado como un fotógrafo medioambiental, posee una de las más grandes colecciones de fotografías de aves y reptiles de La Hispaniola que se conoce.

Pero si algún elemento distingue el trabajo de Fernández es su afán porque el dominicano conozca el más íntimo rincón de este, a veces agreste, a veces exuberante, territorio. Que ame cada uno de los paisajes que conforman estas dos desiguales mitades de un territorio que igual se viste de todos los verdiazules, que se desnuda ante todos los ocres.

Su perenne y creciente trabajo sobre Naturaleza del Caribe lo ha llevado a apresar en su lente más de 163 especies de aves y más de 60 de reptiles, llegando, incluso, a descubrir un nuevo tipo de lagarto en el área actualmente conocida como «Reserva de la Biosfera».

El evidente amor que Eladio Fernández demuestra por el arte fotográfico, no es sino una transmutación de su amor por la naturaleza y la preservación que ésta conlleva, llevado a la plástica.

«De la misma forma como algunos defendemos nuestros recursos naturales, otros se dan a la tarea de legislar en su contra o de emprender campañas para convertirlas a todas en paraísos del «todo incluido», alegando ser la solución para el desarrollo de nuestro país. Por ignorancia o cegados por la posibilidad del lucro ilícito, el caso es que muchas personas desconocen la mayoría de nuestras áreas protegidas y, sin embargo, poseen el poder de mutilarlas», dice Fernández en el catálogo de la presentación de su tercera individual «Naturalitus, Alma de la naturaleza», que exhibe desde el pasado 15 de febrero en Casa de Italia y hasta el 28 del mismo mes.

Pese a ser su obra fotográfica el producto de su pasión por el medio ambiente, Fernández separa con cuidado cada vertiente y reconoce el valor intrínseco de su arte, independiente de su afán por la naturaleza.. «El trabajo tiene suficiente peso artístico para compararlo con cualquier otro», dice.

Con un total de 20 muestras, en formatos 26×40; 26×18 y 26×33, Eladio Fernández hace un despliegue de recursos visuales transformando en un elemento de primer orden, detalles que para el ojo humano pueden pasar inadvertidos.

En un recorrido visual que alcanza desde playa Salinas, en Baní, hasta Ile-a-Vache, en Haití, pasando por lago Enriquillo, laguna Salina, Los Ríos, río Bao, río Amina y río El Mulito, Fernández desnuda la verdadera alma de la naturaleza capturando momentos que abrazan el alma humana para transmitirle el singular sentido de las cosas.

Se queja del poco interés que muestra la gente por nuestros recursos y lo atribuye a una limitada campaña de concienciación. «La gente no va a los parques nacionales», argumenta, y la verdad es que se prefiere disfrutar del consabido confort de un hotel «todo incluido», que alzarse a los montes teniendo como lecho la yerba fresca y como techo el cielo límpido.

«Busco compartir todos estos sitios y, utilizando las imágenes, crear sensibilidad a través de una referencia geográfica, que quizás favorezca a la hora de legislar».

Esto es una preocupación latente en Fernández. El temor de que los que están en el derecho de hacer leyes no estén en capacidad de entenderlas en toda su magnitud, provocando con sus acciones que los recursos naturales de que dispone la República Dominicana, entre en una feroz, desigual y desleal competencia con las fauces abiertas del hombre que busca beneficios económicos en todo lugar.

«»El 90% de los que toman decisión de este tipo ni siquiera ha ido a Bahía de las Aguilas, por ejemplo. Es necesario conocer para decidir. A través de mis fotografías busco enseñar el lado que posiblemente muy poca gente tenga oportunidad de ver».

«¿Cómo podemos asignarle valor monetario al arroyo cristalino, al tronco centenario cuyas raíces abrazan una gran piedra, o al atardecer que refleja sus colores sobre las aguas que bañan la playa desierta? No podemos. El valor de nuestra naturaleza va más allá de lo terrenal, recae sobre cada uno de nosotros y sobre los momentos de bienestar que nos hace sentir cuando estamos sumergidos en su grandeza».

PERSPECTIVAS

«Mis perspectivas son a largo plazo. Me interesa hacer el trabajo que se destaca a través de un libro. Estoy poniendo sangre, sudor y recursos propios, pero la idea es que vaya a un libro que puede ser un legado para beneficio de otros.. Después, algo mayor como Cuba u otra isla de las Antillas Mayores».

El día a día de Eladio Fernández trafica entre armar proyectos, viajes, entre otras cosas, en las que, en todo está incluido su pasión por el medioambiente.

Pero de todos proyectos, el más importante de todos es el libro que prepara junto a la organización Nature Conservation, que pretende reseñar toda la biodiversidad de la isla Hispaniola en una edición de lujo que incluirá mapas, portada dura y todos los elementos que harán de su trabajo uno para disfrutar.

 

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