Un atuendo que se ha transformado

Un atuendo que se ha transformado

En esta parte del mundo, la tradición es que la mujer se case vestida de blanco. Pero, ¿de dónde surgió la costumbre de lucir resplandeciente, en un traje que sobresalga de entre todos los invitados?
Se dice que quien popularizó el blanco como color nupcial fue la Reina Victoria de Inglaterra, cuando vistió uno en su boda con el Príncipe Alberto en 1840. Antes de ese tiempo, el color no era importante para el casamiento. Aunque vistosos, los trajes podían ser del tono que la novia prefiriera: verde, morado, azul, rosa…
¿Por qué blanco? Bueno, aunque este color es comúnmente relacionado con la pureza, la virginidad, Edwina Ehrman, curadora del museo Victoria & Albert de Londres, Reino Unido, donde se han exhibido los vestidos de novia que han formado parte importante en la historia, desmitifica esa creencia.
“Se trataba de riqueza. A lo largo del siglo XVIII y XIX, las mujeres que podían pagarlo se casaban de blanco”, cuenta.
Y es que en ese tiempo, como no existían máquinas para lavar la ropa, había que hacerlo a mano, de forma minuciosa, por lo que era casi imposible limpiar completamente un vestido blanco. “Era una prenda que vestías solo una vez, por lo que era solo para los más ricos”, señala.
Pero si está claro que este color tiene un significado simbólico. Ehrman dice que “puede tener un efecto transformador”. “Y si ya has estado viviendo con tu pareja o incluso si has tenido hijos, es posible que quieras ponerte blanco en tu boda porque sientes que marca una nueva etapa en tu relación”.
El vestido largo no siempre fue así. Edwina Ehrman también resalta que no siempre se usó vestido largo. Fue Margaret Whigam, la duquesa de Argyll, en Reino Unido, una de las primeras que usó un vestido grande y vistoso para su matrimonio. “Era hermosa, rica y le encantaban las cámaras: era la clienta perfecta para el diseñador británico Norman Hartnell”, dice Ehrman.
¿Novias rebeldes? A pesar de que la costumbre de usar vestido blanco el día de la boda se arraigó con gran fuerza, hay muchas mujeres que no se han doblegado a ese color.
Y aunque pudieron ser llamadas como rebeldes y revolucionarias, algunas famosas han optado por salirse de lo convencional al preferir otros colores para casarse.
¿Imaginas casarte de negro? Aunque luego se arrepintió de usarlo, Sarah Jessica Parker se lo puso en su boda con Matthew Broderick, en 1997.
De igual forma, las actrices Jessica Biel, Kaley Cuoco y Reese Witherspoon, y la cantante Gwen Stefani, se rindieron al rosa, al preferirlo como el color de sus trajes de novia.
De igual modo, la también actriz Anna Hathaway sorprendió al casarse con un vestido blanco, pero con efecto degradado en color violeta.
Y así, al parecer, las mujeres quieren volver a los inicios, cuando el color del vestido no era un detalle de gran importancia.
Ahora, firmas reconocidas como Oscar de la Renta, han presentado colecciones diseñadas para quienes quieren salir de lo común y sobresalir aún más, en su boda.

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