La semana antepasada estaba ante el televisor viendo el programa “Larry King Live”, conducido por este gran entrevistador norteamericano, quien después de más de veinticinco años haciendo este programa de entrevistas, se retira al finalizar el año.

  En principio no puse la mayor atención pues se trataba de un diálogo en persona de un sacerdote jesuita cuyo nombre no recuerdo, pero evidentemente una persona muy versada en teología, el físico Leonard Mlodinow de la Caltech University y a distancia, una persona parapléjica que se expresaba con dificultad por un aparato especial y quien posteriormente supe que se trataba de Stephen Hawking, profesor de matemáticas en la Universidad de Cambridge y Director de Investigaciones para el Centro de Cosmología Teocrática de la misma Universidad.

   El tema de discusión, el último libro de Hawking y Mlodinow intitulado “El Grand Designio”, en el cual ambos autores, de manera científica y apoyados en leyes de la naturaleza y del universo, ponen en duda las teorías de la mayoría de las iglesias, principalmente la católica, en cuanto a la creación del universo y los hechos narrados en la Biblia y los Testamentos.

 Para tales aseveraciones se basan en leyes físicas, químicas, preceptos matemáticos y sobre todo en la cosmología, para cuestionar a Dios como sumo creador.

 Para ellos, el universo se originó conforme a la “Teoría del big bang”, teoría del gran choque o estampida que ocurrió hace 13.7 billones de años.

   En esta obra, los autores explican sobre el modelo dependiente del realismo; es decir, la idea de que no hay una sola versión de la realidad y los diferentes conceptos de la misma, lo cual implica que hay muchos millones de universos, cada uno con sus propias leyes. También cuestionan los milagros y los misterios atribuidos a la fe y la creencia de los seres humanos en los mismos, por no poder ser los mismos demostrados científicamente.

   Los autores establecen, que las ideas de Aristóteles y el modelo creado por Tolomeo sobre el cosmos, fue adoptado por la iglesia católica como doctrina oficial hasta que Copérnico estableció un modelo que contradijo la Biblia, ya que cuando se escribió ésta, todavía se pensaba que la tierra era plana y que los planetas se movían alrededor de la tierra.  

Entonces, Galilei Galileo proclamó que la tierra en su movimiento de translación se movía alrededor del Sol, lo cual lo llevó ante la Santa Inquisición y lo juzgaron en 1633 por herejía y lo encontraron culpable condenándole a vivir en confinamiento por el resto de su vida.  Se afirma que al conocer su sentencia dijo “pero todavía se mueve”.

  En el año 1992, la iglesia católica finalmente admitió que fue un grave error condenar a Galileo.

   Tratar de condensar en esta breve entrega las teorías, tanto filosóficas como científicas que en este libro de apenas 199 páginas se concentran, es una labor muy difícil de llevar a cabo, sobre todo, si debemos admitir responsablemente, que la mayoría, por no decir todas, las ecuaciones que en él se vierten, o no la comprendemos, o las discernimos a medias.

  Si algún lector se anima a comprar este libro auténtico “best seller” en esta temporada, se encontrará con estas lindezas: “Principio entrópico”; “Libertad asymplótica”; “Constante Cosmológica”; “Principio de Incertidumbre de Heisenberg”; “Teoría-M”; “Teoría del Quantum” y otras que sería prolijo enumerar.  Pero, aunque nosotros no lo comprendimos a medias, valió la pena leerlo.